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Un estudio confirma que los niños se portan peor con las madres que con el resto de adultos [Actualizado]

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Los niños se portan peor con mamá

Llevas unos días trabajando y tu hijo lleva esos mismos días quedándose en casa de tu madre. Casi rezas por que todo vaya bien cuando le dejas, porque en casa ya sabes, apenas come, te monta unas escenas que parece que con 1 año es ya un pequeño adolescente y ahora, desde que le dejas, parece que la cosa va a peor.

Así que cuando vas a buscarle esperas que tu madre te diga que "se ha portado fatal" y, sin embargo, te explica que todo ha ido fenomenal, que tienes un hijo precioso y que ha comido perfectamente. ¿Cómo? ¿Qué has hecho tú para merecer eso? ¿Por qué? Pues porque los niños se portan peor con las madres que con el resto de adultos, y un estudio reciente lo confirma.

Y pasa también con papá

Que papá se queda con el niño una tarde y cuando llegas te dice que no entiende por qué te quejas tanto del niño... que sí, que tiene sus momentos, pero que no es para tanto. Así que le explicas lo que te ha liado a ti por la mañana y a él le cuesta creerlo. Te mira levantando una ceja y te pregunta: ¿seguro? ¿Hablamos del mismo niño?

Y ¡sí! ¡Seguro! Que contigo parece que todo es imposible, que le dices sí y te dice no. Que le dices no y te dice sí. Y así con todo... Y es que el estudio en cuestión dice que un niño puede llegar a comportarse hasta un 800% peor si la madre está presente.

A ver, ¿qué dice el estudio?

Los niños se portan peor cuando están con las madres

El estudio se ha llevado a cabo en el Departamento de Psicología de la Universidad de Washington y se han estudiado a 500 familias midiendo a los hijos en los momentos en que pedían ayuda, gritaban o chillaban, lloraban, intentaban pegar, se negaban a caminar o a hablar y actuaban haciendo el loco.

El Dr. KP Leibowitz, autor del estudio, explica de este modo lo que vieron:

Lo que encontramos fue que niños de ocho meses de edad podían estar jugando felizmente y de repente, al entrar sus madres en la habitación, empezaban a llorar, a liberar su rabia y a necesitar su atención inmediata. Esto sucedió en el 99,9% de los niños, pues el 0,1% fue un niño con dificultades de visión, que al oír la voz de su madre empezó a tirar cosas y a pedir comida a pesar de haber comido. Verdaderamente fascinante.

Vieron además que los adultos que no son mamá no necesitan mucho para obtener la atención y la obediencia de los niños. Si les hablaban en un tono normal, los niños les atendían. Sin embargo, si era la madre la que se dirigía a ellos, un tono de voz normal no servía. Ellas necesitaban levantar la voz bastante más para obtener el mismo resultado.

Según los investigadores, es por el olor... pero yo no estoy de acuerdo

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Según Leibowitz, la razón de que eso suceda es el olor de las madres. Al parecer, los niños huelen a las madres, sus feromonas, y modifican su comportamiento. Por eso está trabajando en un aerosol que enmascara las hormonas naturales de la madre, que debería lograr que los niños tengan un mejor comportamiento.

Pero yo no estoy de acuerdo, y eso que yo no soy nada más que un padre y ni siquiera he visto cómo hicieron el estudio... sí, es cierto, los niños se comportan diferente según el adulto con el que esté. De hecho, conozco algunas madres que dejan a sus hijos en el comedor, o que lo llevan todos los días a comer con algún familiar, porque saben que así todo va mejor. Pero no me creo que sea una cuestión de olor.

Esto del olor se lo ha debido de inventar para poder vender el milagroso aerosol: os explico un problema que se confirma en la mayoría de familias, me invento la causa y os doy la solución, y me hago de oro.

No, esto no va de olores... o no va solo de olores (y el caso del niño con problemas de visión lo confirma, ¿no?, que hasta que no oyó la voz de su madre no cambió el comportamiento). Esto es una cuestión de confianza, de relación, de cariño, de afecto. No son ganas de molestar a una madre, sino de solicitar sus cuidados, su atención, en un momento en el que le necesita, o para decirle que la necesitaba y ella no estaba ahí. Quizás sea la manera de decirle que algo falla entre los dos, que está enfadado, que le ha dejado solo cuando él quería estar con ella a todas horas.

¿Vosotros os comportáis igual con vuestra madre que con otros adultos? ¿Y os comportáis igual en casa que fuera? ¿Coméis igual en vuestra casa que en un restaurante? Oh, qué descubrimiento, los adultos también se comportan mejor con otros adultos que cuando están con personas de confianza. ¿Serán las feromonas o la confianza?

Pues eso, la confianza, como confianza era lo que tenía mi hijo Aran cuando empezó el colegio. Ya os lo conté en su momento, pero fue una odisea. Lo dejábamos en el colegio, se quedaba nervioso, intranquilo, pero luego ahí era un niño ejemplar. Entonces, por la tarde, llegaba a casa y se transformaba en un niño imposible. Nunca había sido así, pero por entonces lo era. Cada tarde nos la liaba. Terrible. Y cada día peor.

Enseguida nos dimos cuenta de que era consecuencia del colegio, de que le estábamos dejando en allí cuando él nos decía que no quería ir. Que por primera vez no escuchábamos sus deseos. Que hasta ahora habíamos sido muy respetuosos con sus elecciones, pero esa vez no. Y esa vez eran varias veces, porque sucedía todos los días. Que no quería, y nosotros que "sí, cariño, que tienes que ir". Pues por la tarde nos lo devolvía.

Entonces hablamos con su profesor para explicárselo, para decirle que nos ayudara, que él lo llevaba muy mal, que por las tardes era terrible y, para nuestra sorpresa, en vez de tratar de ayudarnos y asociar el colegio con su comportamiento en casa, nos dijo "ah, pues no, será otra cosa, porque aquí está toda la mañana muy tranquilo".

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Confianza. Es cuestión de confianza. Con quien tienen más confianza es con quien muestran su verdadero "yo". Y no es que sean malos, o peores, es que es su manera de expresar que algo no está bien. Es su manera de decir a sus madres, que son las personas a las que más quieren y de las que más esperan, porque tienen mejor relación, que les siguen necesitando, que siguen queriendo que estén por ellos a todas horas, o que se han sentido rechazados o abandonados. Porque ellos no pueden decirles "mamá, ¿dónde has estado? Te buscaba", así que en sustitución, les demuestran cuánto les necesitan llamándoles la atención de todas las maneras posibles.

Por eso Rosa Jové, la conocida psicóloga infantil, siempre recuerda esta frase del libro 'El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde': "Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite".

ACTUALIZACIÓN (01/09/2015): Nos hemos enterado de que el estudio que mencionamos es falso. Toda la información aquí.

Más información | Mom News Daily
Fotos | iStock
En Bebés y más | Aran, el niño que al año pasado decidía si ir o no al colegio, va contento cada día, Niños que se provocan el vómito por la noche para no estar solos (conclusiones), Niños que se provocan la enfermedad para llamar la atención


El estudio que confirma que los bebés se portan peor con sus madres es falso

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Estudio falso

¿Verdad que cuando leíste la entrada que escribimos hace dos días explicando que un estudio confirmaba que los bebés se portan peor con sus madres, creíste que era cierto?

Tranquilo, no eres el único. Yo también me lo creí, como miles de personas que lo han compartido y como cientos de páginas que, como nosotros, explicamos la noticia y le dimos difusión. Pues bien, el estudio ha resultado ser falso, una broma de la página Mom news daily a la que muchos estamos todavía intentando encontrar la gracia.

Todo daba a entender que era cierto (o casi todo)

No era el día de los inocentes, no era el April Fool's Day ni era el día de "vamos a inventar un estudio y gastar una broma". Porque además, si intentas gastar una broma te inventas una historia surrealista, algo que sorprenda, algo que haga que la gente diga "¡Anda ya, eso no puede ser verdad! ¿O sí? ¿Es cierto o es mentira?", y no algo que, como dijimos, solo confirmaba algo que todos ya sabemos: que los bebés cambian de comportamiento según con quién esté.

Así que por eso, cuando me enteré de que todo era una broma, me quedé con cara de "pues vale, pero no lo entiendo", porque no tiene sentido ni gracia alguna.

Publicaron una entrada diciendo que la Universidad de Washington había realizado el estudio, que el investigador, KP Leibowitz, había cogido una muestra de 500 familias y había observado la reacción de los niños ante diferentes situaciones. Nos dejaban con sus palabras e incluso con declaraciones de familias que habían participado en el estudio. Todo daba a entender que era cierto, porque no había nada raro en todo ello.

Lo único que me hizo dudar fue el no ser capaz de encontrar la publicación. Siempre que hablo de estudios busco el original para leer qué dice y para ofrecer el enlace, pero en este caso no fui capaz de hallarlo. De hecho, buscando por el apellido del autor, aparecían algunas publicaciones relacionadas (vamos, que existen investigadores apellidados Leibowitz que estudian el comportamiento humano). Pensando que ya se publicaría más adelante o que simplemente el problema era mío, que no lo encontraba, decidí fiarme de la página y de tantas otras que le habían dado difusión, y publicar la entrada.

Ahora, dos días después, me entero a través de Papás e hijos, que contactó con una editora de esa página, que todo era una mentira.

Pero es que los niños sí se comportan diferente con la gente

Estudio falso

Así es. Lo expliqué como un "confirma", porque a todos los padres nos ha pasado, o porque conocemos a gente que lo explica. ¿Quién no conoce a alguien que te dice que sus hijos, con los abuelos, se portan genial? ¿O que salen a la calle y todo el mundo dice lo buenos que son y responden eso de "sí, si los vieras en casa no dirías lo mismo"?

Incluso en el colegio, como yo os expliqué mi caso, donde mis hijos son niños modélicos para luego, en casa, mostrarse como realmente son: niños. Y ahí lo dejo. Niños. Podría decir niños terribles, pequeños diablos, monstruos en formación, pero no. Son niños, y cuando están con sus padres, en un clima de confianza, no tienen que actuar de ninguna manera, sino simplemente ser como son.

¿Que se portan mal, lloran, pegan, chillan y hacen rabietas? Claro, así son los niños muchas veces cuando algo no les gusta o cuando no haces lo que quieren que hagas. En el colegio están con mucha más gente y aunque a veces tengan momentos así, no tienen tanto tiempo ni tanto protagonismo para hacerlo (además, los profesores no creo que les hagan tanto caso como puede hacer una madre o un padre), así que es en casa cuando exigen y donde se generan más conflictos.

Con nosotros son niños y con nosotros utilizan las herramientas que tienen y conocen para tratar de conseguir lo que quieren. Y no lo digo en mal. No lo digo de manera negativa y despectiva en plan "nos manipulan", sino todo lo contrario. Están aprendiendo a tratar de conseguir lo que creen que necesitan. Están aprendiendo a pensar. Están aprendiendo a satisfacer sus necesidades, de igual modo que nosotros tratamos de satisfacer la nuestras a nuestra manera.

Y es positivo que lo hagan porque, como digo, así piensan y aprenden cómo lograr sus objetivos. Si entre medio consideras que se está pasando, que se está portando muy mal, que te está haciendo daño, que es muy caprichoso y no deja de pedir cosas, es hora de revisar vuestra relación. Un niño feliz, un niño que se siente querido, un niño que pasa mucho tiempo con sus padres y que tiene una relación sana con ellos no tiene necesidad de llamar tanto la atención, ni de gritar, ni de comportarse mal, ni exige que le compres tal o cual cosa continuamente (quizás os interese leer la entrada "Los niños, el amor y el materialismo"). Tendrá sus momentos, claro, pero nada que te haga pensar que tu hijo es imposible.

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Si eso sucede, es el momento de cambiar algo. ¿Quizás ahora estás menos con él? ¿Quizás ha cambiado algo en su vida? ¿Quizás no estás ejerciendo de madre (o de padre) y le dejas todas las decisiones a él, cuando te está pidiendo que hagas de madre y las tomes tú por él? ¿Quizás tiene problemas con otras personas o en otros entornos y te lo está intentando hacer saber así? Piensa, indaga, averigua, porque si un niño está cambiando, si contigo no tiene buena relación, te está diciendo, sin palabras, que "necesito que me escuches, me comprendas y hagas algo al respecto".

Gracias a Mom News Daily

Acabo dando las gracias a Mom News Daily por inventarse dicho estudio, pues gracias a ellas he tenido la oportunidad de hablar de los niños, de los padres y de su comportamiento en dos entradas, en la anterior y en esta, y dejar así algunos consejos para aquellos padres que lo están pasando mal con sus hijos y que entran en una espiral de gritos, amenazas y castigos cuando lo que tienen que hacer es lo contrario, buscar la manera de acercarse de nuevo al corazón de sus hijos y encontrar el error, el fallo, el suceso que inició que la relación empezara a deteriorarse, y poner remedio.

Gracias, pero no lo volváis a hacer, por favor. El estudio es falso pero como broma es absurda, pues bien podría haber sido cierto. Vamos, que seguro que si alguien se dedica a estudiar a los bebés y niños en diferentes contextos obtendrá las mismas conclusiones, que el comportamiento con las personas más cercanas no es igual que con personas menos conocidas. No conocía vuestra página y era la primera vez que entraba a leeros. La primera y la última, claro.

Fotos | iStock
En Bebés y más | Aran, el niño que al año pasado decidía si ir o no al colegio, va contento cada día, Niños que se provocan el vómito por la noche para no estar solos (conclusiones), Niños que se provocan la enfermedad para llamar la atención

Cómo cambia tu forma de pensar cuando tienes a tu bebé: el día que mi mujer decidió no trabajar

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Cuando oyes a una mujer embarazada explicar los planes que tiene para cuando nazca el bebé asientes, haciéndole ver que le escuchas, pero por dentro estás pensando "Ay, amiga... ya me lo contarás cuando seas madre". Y es que son muchas las mujeres que tienen unos planes cuando están embarazadas que luego, cuando tienen a su bebé, no solo no se cumplen, sino que acaban haciendo lo opuesto.

Algo así es lo que le pasó a mi mujer, que tenía muy claro que cuando se le acabara la baja maternal volvería a trabajar y cuando se vio con un bebé de cinco meses, a punto ya de volver a su puesto habitual, dijo "no puedo. No puedo dejarle" y decidió no hacerlo, no dejarle y no trabajar.

Esos planes preparto...

"Aprovecharé la baja maternal para estudiar, para avanzar en aquello que tengo pendiente y nunca encuentro tiempo para hacer, trabajaré un poco desde casa, si la jefa me envía cosas para hacer, etc.". Todas esas ideas que pasan por la mente de tantas cosas que vas a hacer durante la baja maternal como si fueras a estar de vacaciones o algo así. No, no, no... la baja maternal es para cuidar al bebé, y pronto te darás cuenta de que ni siquiera es suficiente, que muchos días haría falta que también papá pudiera estar de baja paternal, porque dos manos no alcanzan.

"Cuidaré de mi bebé durante la baja, la alargaré con las vacaciones y luego lo dejaré con mi madre para volver a trabajar". Esto es lo que piensan muchas mujeres, y muchas lo cumplen, no sin sentir que es demasiado pronto, que le necesita, que algo no está bien. Esa lucha interna entre lo que sientes que no deberías hacer y lo que parece que debes y puedes hacer, que es trabajar. Porque oye, a todas se les acaban los días tarde o temprano, y todas se van a trabajar... "deben ser las hormonas, que me hacen sentir así".

Cuando sigues al corazón, y no tanto a la razón

Pero no, no son las hormonas, es tu corazón, es el vínculo que se inició con tu bebé el día que supiste que estabas embarazada, ese nudo a medio ligar que se apretó fuerte, muy fuerte, cuando salió de ti y lo pudiste abrazar. Ese día se paró el mundo, tu mundo, y solo estabais tu bebé y tú, y sentiste que estaríais juntos por siempre, y que le cuidarías pasara lo que pasara, y que le querrías todos los días y cada día más.

Y así es a medida que pasan los días, que te preguntas cómo se puede querer tanto a alguien tan pequeñito y a la vez cómo puedes mirarle y decirle "por Dios, me tienes agotadita", que no puedes separarte de él (o de ella, yo es que como he tenido solo niños tiendo a hablar de "el bebé"), pero hay momentos en que un miniyó interior te dice "ni que fuera una noche, para dormir y descansar... ni que fuera una tarde, para ducharme en condiciones y mirarme un rato al espejo tratando de acabar estando visible". Un miniyó que nunca te abandona, pero que tiene la paciencia de esperar.

Llega entonces el momento fatídico, el del "hasta luego", y aparecen los nervios, y esa sensación que os he comentado, en que sabes que tienes que ir a trabajar, sabes que es lo que hace la mayoría, todo el mundo espera que lo hagas, es lo que toca, pero sientes que algo va mal, o que algo no cuadra: la lucha entre el corazón y la razón. La lucha entre lo establecido y lo que tu cuerpo te pide... o la lucha entre lo que querrías hacer y lo que tu cuenta corriente demanda.

Hay tantas situaciones como familias, así que esa lucha, muchas veces, debe ser acallada al instante. Por mal o peor que te sientas, o entra ese dinero en casa o no salís adelante. Es lo que hay. Si no hay alternativa, no queda otra que decirle a tu corazón, y al de tu bebé, que cuando estéis juntos, al volver del trabajo, intentarás recuperar las horas perdidas.

Pero en ocasiones cabe la posibilidad de echar números, hacer cuentas y romper con lo establecido. Con lo establecido por la sociedad, lo que llaman igualdad, la liberación de la mujer y el día en que las mujeres demostraron que pueden trabajar igual o mejor que los hombres (que no lo critico, solo lo explico como tratando de hacer una foto de la realidad, como yo la veo). Romper con eso y decir "no, yo no puedo dejar solo a mi hijo".

Esto es lo que pasó en mi casa. Faltaban días para que empezara a trabajar, no se había separado ni un instante de él: allí donde iba ella, al salir de casa, iba él. Solo tenía cinco meses. En realidad iban a ser pocas horas, ella trabajaba como monitora de comedor en un colegio y no es mucho rato el que faltas en casa, pero sintió que algo se iba a romper, que ese lazo anudado con tanta fuerza se iba a deshacer un poco, como lo sienten todas las madres, y decidimos valorar la posibilidad de vivir sin ese sueldo. Como trabajaba pocas horas, no era un sueldo realmente elevado, así que nuestras vidas ya eran antes del bebé relativamente poco ostentosas. Solo hacía falta apretar un poco más el cinturón y, en todo caso, buscar yo algo más de trabajo, alguna guardia como enfermero, etc. Y lo hicimos.

Y ahora todo sigue igual

Han pasado 9 años y todo sigue igual. Ella creó lazos con dos hijos más, los anudó fuerte, muy fuerte al nacer cada uno de ellos, y por dentro se dijo (les dijo): "tranquilos, que estos no se desharán hasta que vosotros queráis".

Y esta es la historia de mamá, la de mi casa, la que lleva 9 años dedicándose a cuidar de nuestros hijos, que ha podido estar con ellos todo este tiempo, que ha tenido que soportar momentos incómodos, y muy incómodos, cuando otras personas (sobre todo mujeres) le han dejado caer que "vive mantenida por su marido" o que "a ver cuándo trabajas, que llevas ya mucho tiempo sin hacer nada" (verídico, "sin hacer nada", le dijeron), pero que se ha convertido en el motor del hogar, en el epicentro, en la "matriarca", la única mujer. Ella sola con 3 niños y un marido. Ella al mando de todo (como la mayoría de mujeres, de hecho). Y no me refiero con eso a que ella lo haga todo, porque aún así yo siempre he tenido claro que de los dos, ella es la que trabaja más y la que hace el trabajo más difícil, por eso cuando llego a casa ella yo me pongo también manos a la obra.

Miriam3 Mamá, que hace unos días hizo su primer viaje sola con los niños

Sí, así de raritos somos, supongo. Pero así llevamos varios años funcionando y creo que no nos ha ido tan mal.

Cada cual que haga lo que necesite hacer y lo que sienta que es mejor hacer, pero cuento nuestra experiencia por si alguien algún día decidió hacer algo parecido, o se lo está planteando, y se siente un bicho raro... son demasiadas las veces que he oído a mujeres que un día optaron por dejar de trabajar decir "nadie me entiende", "me critican", "dicen que vivo como mi abuela", "creen que lo hago para enviar el mensaje de que soy mejor madre o algo así". Pero no, esto no va de ser mejor, ni de ser peor, no va de volver al pasado o desaprovechar la lucha que llevaron a cabo tantas mujeres para lograr entrar en el mercado laboral, esto va de la libertad de escoger, de decidir qué tipo de vida quieres llevar, de escuchar a tu corazón, a tus entrañas y, si puedes, porque la situación te lo permite, y quieres, romper las reglas y hacer lo que sientes.

En Bebés y más | "Si la mamá no trabaja es porque el papá gana mucho", Diez cosas que no hay que decir a una madre que no trabaja para cuidar a sus hijos (I) y (II), Lo difícil es criar a un niño en casa

¿Cuánto debería cobrar una madre que se queda en casa para cuidar de sus hijos? Un padre lo ha calculado

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Ser madre es el mejor trabajo del mundo, pero no está reconocido como un empleo al uso, como el que hace cualquiera que sale por la mañana para ir a una oficina.

¿Habéis pensado alguna vez cuánto debería cobrar una madre que se queda en casa para cuidar de sus hijos? Steven Nelms, padre de un pequeño de dos años, realizó una investigación con ayuda de expertos y lo ha calculado.

El sueldo de una madre

Cuando se convirtieron en padres, Steven y su mujer Glory barajaron todas las opciones posibles sobre el cuidado del bebé. Contratar a una persona que se quedara en casa con el pequeño era una opción fuera del alcance de su bolsillo, por lo que decidieron que fuera la madre quien hiciera ese trabajo.

Para demostrarle lo valioso que es para él que ella se quede en casa cuidando a su bebé, decidió cuantificar su trabajo.

Lo resumió en un detallado análisis de las tareas que hace su mujer en casa:

  • Servicio de limpieza: entre 50 a 100 dólares a la semana.

  • Personal Shopper: 65 dólares por hora 4 horas a la semana.

  • Chef: 240 dólares la semana.

  • Lavandería: 25 dólares la semana.

  • Tareas de asistencia: 75 dólares la hora.

En total, calculó que el sueldo de madre rondaría los 73.960 dólares al año. Al cambio, unos 66.330 euros anuales.

Os dejo unas palabras de Steven a su mujer sobre la preciosa labor que hace ella cada día:

"Ella me ama, ama a nuestro hijo, y le encanta nuestra familia, así que obviamente no está haciendo nada de esto por un sueldo o incluso para su reconocimiento. Pero, ciertamente, no está de más saber que el salario por el trabajo que ella aprecia (quedarse en casa) es casi el doble de mi ingreso real. Así que de una manera muy extraña, esta es mi manera de decir lo mucho que valoro a mi esposa como la madre de mi hijo. Tú eres más que rubíes preciosos. Y yo no te puedo pagar”.

¿Deberían cobrar las madres por cuidar de sus hijos?

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Las madres no cuidamos a nuestros hijos por un sueldo, está claro. Lo hacemos porque los amamos, porque queremos lo mejor para ellos, porque si tenemos la opción de hacerlo, deseamos estar junto a ellos y ser nosotras, y no terceras personas, quienes les cuidemos durante sus primeros años.

Yo lo he elegido tras ser madre por primera vez. He buscado la manera de poder trabajar desde casa y estar con ella porque no podía ni quería separarme para estar fuera de casa 10 horas al día. Y cuando decidimos agrandar la familia, con más razón. Aunque si saliera a trabajar seguramente conseguiría mayores ingresos, es una elección, como la decisión que nos comentaba Armando que había tomado su mujer al convertirse en madre. Son elecciones muy personales, cada situación es especial y cada uno pone en la balanza sus opciones.

Lo que sí creo es que los gobiernos deberían apoyar más a las mujeres que cuidan de sus hijos en casa. No hay conciencia de lo importante que es el trabajo de las madres, tanto de las que trabajan fuera de casa como de las que se quedan en casa. En lugar de invertir en guarderías y centros infantiles donde dejar a los niños para que las madres puedan salir a trabajar, se debería apoyar más a quienes deciden no hacerlo. Las madres que se quedan en casa deberían recibir una compensación de algún tipo.

No sabría cuantificarla, el cálculo de este padre me parece bastante exagerado. Pero al menos lo que no se gasta el Estado en la plaza de guardería del pequeño y facilitar la reinserción laboral de la madre que ha estado cuidado a su hijo durante 2,3 ó 5 años.

El trabajo más difícil y bonito del mundo

Quedarse en casa no es fácil. Aunque lo hacemos con todo el amor del mundo, es un trabajo cansado, sin horarios, con disponibilidad completa, y sin sueldo. El trabajo más difícil del mundo, dicen, pero también el más bonito. El que elegimos hacer cada día, aunque no cobremos esos 66.330 euros que ha calculado Steven.

Vosotros, ¿creéis que las madres deberían cobrar por cuidar a los hijos en casa? ¿Y si fuese él quien eligiese quedarse en casa?

Vía | We are Glory
Foto | iStockphoto
En Bebés y más | Diez cosas que no hay que decir a una madre que no trabaja para cuidar a sus hijos (I), ¿Deberían compensar de alguna manera a las madres que se quedan en casa cuidando de sus hijos?

Poner su canción favorita: método infalible contra las rabietas

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Las rabietas son la forma que tienen los niños para expresarnos su frustración, su ira o su enfado ante una determinada situación. Es su manera de decirnos que no están de acuerdo, que algo les disgusta, que están cansados o que tienen miedo, pero todavía son muy pequeños y son incapaces de gestionar estas emociones. Lo mejor que podemos hacer los padres, en lugar de regañarles y agravar la situación, es comprenderlos y ayudarlos a superarlas.

Hay diferentes métodos y la distracción es sin duda, uno de los que mejor funcionan, aunque no quiere decir que de esta forma debamos ignorarles. La música es una gran aliada en estos casos: poner su canción favorita es un método infalible contra las rabietas.

Es exactamente lo que le sucede a esta niña, que tendrá unos dos años, cuando en plena rabieta, comienza a sonar en la radio del coche su canción favorita. Enseguida hace un click y se olvida del enfado para empezar a moverse al ritmo de la música.

Esto no significa que haya que quitarle atención al niño cuando tiene una rabieta, es simplemente para que tengáis en cuenta que puede ser útil en un momento dado. Hay otras fórmulas que también pueden funcionar para "sacarlos" de una rabieta como las cosquillas, los chistes o los abrazos. Cada uno conoce a su hijo y sabe cómo las aceptará.

Ponerle su canción favorita puede venir bien para desviar la atención del niño por un momento y más tarde, cuando ya esté calmado, volver sobre el tema y conversar sobre aquello que le molestó tanto.

Las rabietas suelen aparecen alrededor de los dos años, cuando el niño empieza a ser consciente de que es una persona independiente de sus padres y empieza a demostrar su propio carácter. Las rabietas, berrinches, pataletas o como queráis llamarlas, son sanas y naturales, y forman parte del desarrollo de su personalidad.

En Bebés y más | ¿Tu hijo explota por todo? Diez consejos para empatizar y ayudarle, Cuatro claves fundamentales sobre las rabietas

Los padres deberían pensarse dos veces besar a sus hijos en los labios, según una psicóloga

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Besar a los niños en los labios

Si eres padre o madre seguro que en más de una ocasión has besado a tu hijo en los labios, o te ha besado él (o ella), o si no lo has hecho has visto a otros padres o madres besando de ese modo a sus hijos. Los niños nos besan en los labios imitándonos a los adultos cuando nos besamos entre nosotros o como respuesta a un aprendizaje: como nosotros les besamos en los labios, ellos nos corresponden.

Es una muestra de cariño inocente, de amor, para demostrarles que les queremos o en señal de despedida o reencuentro. Un besito cuando nos vamos a separar, "para que sepas que te quiero", un besito cuando nos volvemos a ver, "para que sepas que te he echado de menos". Nadie ve nada peligroso ni negativo en ello, excepto los dentistas, porque aumenta el riesgo de caries, y algunos profesionales de la psicología como la Dra. Charlotte Reznick, que asegura que deberíamos pensarnos dos veces lo de besar a los niños en la boca.

¿Que aumenta el riesgo de caries en los niños?

Sí, así es. Lo dice la Sociedad Española de Odontopediatría, que no deberíamos besar en los labios a nuestros hijos porque hacemos que tengan más riesgo de padecer caries. En [este documento](algunos profesionales de la psicología) con información y recomendaciones sobre las caries dicen lo siguiente:

Los microbios que provocan la caries son adquiridos. El bebé nace con la boca estéril y poco a poco se invade de gérmenes. La transmisión de estos microbios viene, en la gran mayoría de los casos, a través de los padres, de la misma forma que se puede transmitir una simple gripe.

Existen diferentes formas de transmisión de los microbios a la boca del niño; a veces los padres utilizan la boca como mecanismo de limpieza de un chupete, la tetina de un biberón o una cuchara e incluso les cortan los alimentos con su propia boca. Otras veces es la costumbre de besar a los hijos en la boca.

No tiene que ver que los adultos tengan caries o no, simplemente el intercambio de saliva podrá transferir estos gérmenes a la boca del pequeño. Por ello, la principal recomendación es limpiar bien los chupetes con agua, nunca con la boca y prescindir de los besos en la boca, por muy entrañables que parezcan.

¿Y por qué hay que pensárselo dos veces antes de besarles?

La Dra. Charlotte Reznick es psicopedagoga y profesora clínica asociada de psicología en la Universidad de UCLA. Según comenta desde hace unos años, el tema de besar a los niños es bastante controvertido por aquello de "empiezas cuando son pequeños pero, ¿cuándo dejas de hacerlo?". Porque no es lo mismo besar a un niño pequeño que a un niño de, por ejemplo, 10 años. Para evitar esta disyuntiva, recomienda que los padres dejen de besar a sus hijos en los labios ya, tengan la edad que tengan.

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Según leemos en The Stir, una web donde a menudo participa como asesora, si tomamos el ejemplo de una niña de 6 años de edad, besada por su padre, tenemos una acción completamente inocente por ambas partes, pero que** puede ser peligrosa si luego la niña va a clase y trata de besar a sus compañeros de clase en los labios**. Lo hará igualmente de un modo inocente, pero a ojos de terceras personas, ya a esa edad, podría empezar a considerarse como acoso sexual:

Cuando un niño llega a los 4, 5 ó 6 años y su conciencia sexual empieza a existir (y en algunos niños eso sucede antes, como cuando nos damos cuenta de que empiezan a masturbarse a los 2 ó 3 años, cuando acaban de descubrir sus partes íntimas y se sienten bien) el beso en los labios puede ser estimulante para ellos.

Al parecer, Reznick ha tenido que intervenir en algunos casos sucedidos en escuelas de EE.UU., porque allí tienen muy presente el tema del acoso sexual, incluso en el colegio, como un caso en el que un niño besó a otra niña en clase. Según explicó a Babyology:

El niño entró en la clase y besó a una chica en los labios. Los responsables de la escuela no estaban seguros de si su comportamiento era impulsivo o si era más una cuestión de acoso sexual. Estuvieron cerca de expulsarlo pero al final no lo hicieron a cambio de que recibiera unas sesiones de asesoramiento.

No sabemos la edad de ese niño, pero ella está hablando de niños de todas las edades (incluso de preescolar) y obviamente no es lo mismo que un niño de 4 años bese a una niña de su misma edad, que lo haga un niño de 10 años con una compañera de su clase, sin el permiso de ella. En cualquier caso, asegura que no hay necesidad de besarles en los labios, como padres, porque es una zona sensible que se estimula fácilmente con el contacto.

Asevera que no quiere decir con esto que esté mal, o que hasta ahora hayan hecho algo muy negativo, sino simplemente explicar la realidad para que luego cada padre obre como considere mejor.

Pues yo les he besado en los labios (y lo volvería a hacer)

Besar en los labios a los niños

Ahora viene cuando vosotros, como padres y madres, dais vuestra opinión sobre lo que acabáis de leer. Charlotte Reznick es profesora de psicología, autora de libros para padres y, como veis, asesora en centros de educación, como psicopedagoga, y a mí me da la sensación, al leer sus palabras, que estoy "escuchando" a la panadera.

Con todos mis respetos por las panaderas, alucino cuando veo que explica, tan tranquila y probablemente sin inmutarse, que un niño a los 4-6 años ha desarrollado su sexualidad y podría estar acosando sexualmente a una compañera o que un niño de 2-3 años que se toca sus partes, lo hace porque ya tiene conciencia sexual. Como ya expliqué aquí en Bebés y más hace ahora 7 años, el que un niño de esa edad se toque los genitales es un acto natural de exploración y conocimiento de su propio cuerpo y, como tal, no debemos censurarlo. Se tocan, les gusta y lo hacen y repiten.

De igual modo, besar en los labios no tiene para los niños ninguna connotación sexual, ni de burla, ni de acoso. Si lo hacen es porque quieren repetir un patrón o porque sienten cariño hacia otra persona. De hecho, es habitual ver a niños de 3 ó 4 años besar a otros niños de 3 ó 4 años y dudo que por ello nadie diga que son gays. Que tampoco pasaría nada si lo fueran, pero es que como aún no han desarrollado su sexualidad, es absurdo empezar a decir que son una cosa o la otra.

Así que lo confieso: he besado a mis hijos en la boca. Lo he hecho muchas veces, pero muchas, desde el amor y el cariño que les tengo, y me encanta cuando ellos me besan a mí (de hecho, mi foto de perfil en el WhattsApp es una en la que Guim me besa en la boca). Ahora ya no lo hacemos. Tienen 9, 6 y 3 años y no les beso en la boca. ¿Por qué? No sé, ni ellos me han pedido dejar de hacerlo ni yo lo evito de manera consciente y premeditada. Es simplemente que ahora me sale besarles en la mejilla.

Pero vamos, que si aún les besara en la boca no tendría ningún problema en hacerlo en público, ni en decirlo. De hecho, en contra de lo que sugiere esta psicóloga, y sin ser yo poseedor de su currículum, recomiendo lo contrario: besad a vuestros hijos en los labios tanto como queráis, y hasta la edad que queráis. Los niños son lo suficientemente inteligentes como para darse cuenta de que los adultos solo besamos en la boca a las personas que amamos, y por eso cuando crezcan no irán besando en los labios a gente desconocida, ni a todos sus amigos, ni a los perros del parque, ni a las psicólogas que escriben libros. Y si hacen algo así, o lo intentan, basta con explicar qué significa un beso en la boca en el mundo de los mayores para que lo hagan cuando consideren oportuno.

Besadlos mucho, tanto como podáis, a menos que queráis evitar aumentar el riesgo de caries. Entonces mejor no hacerlo, que eso sí es verdad.

Fotos | iStock
En Bebés y más | Besos en la boca a los hijos, ¿si o no?, Los niños tienen que poder elegir a quién besar y a quién no

El método del bolígrafo verde: resalta los aciertos de tu hijo en lugar de sus errores

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Os quiero compartir el método del bolígrafo verde para que lo pongáis en práctica con vuestros hijos, y no solamente en el ámbito escolar, sino como una forma de crianza. Es algo tan simple como motivante: resaltar los aciertos en lugar de los errores.

Consiste simplemente en revertir algo que se viene haciendo hace años, una metodología que desanima a los pequeños y acaban pensando que todo lo hacen mal. El refuerzo positivo consigue que los niños se sientan más confiados repercutiendo no sólo en sus resultados académicos sino también en su desarrollo emocional.

Mejor resaltar en verde que tachar en rojo

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Ayer mismo mi hija mediana me enseñaba su cuaderno corregido y me expresaba lo mal que se sentía al tener toda una página con cruces, tachones y una carita triste en boli rojo. ¿Qué efecto provoca esto en los niños? ¿Realmente los tachones rojos les ayudan a revisar sus errores y querer mejorar? Pues no. En este caso, mi hija ni quería volver mirar esa página porque se sentía avergonzada.

¿Qué pasaría si en lugar de resaltar los errores en rojo, la profesora hubiese remarcado en verde los aciertos? Creo que se hubiese sentido más motivada y confiada para revisar sus aciertos y darse cuenta de sus errores.

Concentrarse en los aciertos

La imagen que veis arriba es de Tatiana Ivanko, una madre que puso en práctica el método del bolígrafo verde con su hija y cuenta su experiencia:

Empezaré desde el principio. Mi hija casi nunca iba a la escuela de estimulación temprana, puesto que yo misma me encargaba de esa labor. Cuando estábamos entrenando su mano antes del ingreso en la escuela, nuestro cuaderno se veía tal que así:

¿Notáis la diferencia? Yo no resaltaba con bolígrafo rojo los errores, sino que destacaba con el verde las letras y bolitas que le habían salido bien. A ella eso le gustaba mucho y siempre, después de terminar un renglón me preguntaba: ¿Mami, cuál de todas me ha salido mejor?”. Y se alegraba aún más cuando rodeaba la letra más bonita con las palabras “muy bien”.

¿Cuál es la diferencia entre ambas técnicas?

Normalmente solemos concentramos en los errores. ¿Qué se ha quedado grabado en la mente? Exacto, las letras que quedaron mal, es decir, lo incorrecto. ¿Alguna vez habéis visto letras o respuestas correctas rodeadas con tinta roja?. No, ¿verdad?. Y es que, nos guste o no, nuestro subconsciente tiende a recordar lo que ha sido resaltado.

El método del “bolígrafo verde” consiste en concentrarnos en lo que está bien hecho. Experimentamos emociones y actitudes completamente diferentes. Queramos o no, nuestro subconsciente tenderá a repetir lo que hemos logrado hacer bien (y quedó resaltado). Se trata de una motivación interna completamente distinta: ya no intentamos evitar los errores, sino que nos esforzamos por hacer lo que está bien. Parece lo mismo, pero hay un cambio importante en la estructura del pensamiento.

No sólo con los deberes...

Es un método que bien podría aplicarse en los colegios para motivar a mejorar en lugar de "corregir", una palabra que por cierto cada vez me gusta menos.

Pero fuera del ámbito escolar, el simbolismo del bolígrafo verde debería aplicarse en todas las situaciones cotidianas con nuestros hijos.

En lugar de estar todo el día remarcándoles lo que hacen mal, empieza a destacarles lo que hacen bien. Con cada acierto, una muestra de aprobación, un elogio. Ponte al comienzo una meta de una semana, veras qué cambio.

Los elogios refuerzan la personalidad de los hijos, son una manera de demostrar que les valoramos y ayudan a mejorar su autoestima. Y a partir de una autoestima sólida, el aprendizaje será mucho más efectivo.

Solemos creer que encauzar a los hijos hacia el deber y la obligación es la manera de educarles, pero olvidamos la importancia de reforzar las conductas positivas. Si cambiamos el remarcar los errores por resaltar los aciertos, nos daremos cuenta que al final los niños tenderán a repetir aquellas conductas que les reporten una satisfacción personal.

Vía | Upsocl
Foto | iStockphoto
En Bebés y más | "No me digas lo que no puedo hacer, dime lo que sí puedo hacer"

27 enseñanzas para que tu hija se convierta en una mujer fuerte y feliz

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Hoy, 11 de octubre, se celebra el Día Internacional de la Niña, una fecha que como madre de tres niñas me toca de cerca, porque me hace pensar en lo que quiero para ellas, cómo me gustaría que crezcan y qué semillas estoy sembrando en ellas para que el día de mañana sean tres mujeres fuertes y decididas, pero sobre todo, felices.

La vida les dará algunos golpes, espero que no muchos, y muchas alegrías, espero que muchísimas. En estas 27 enseñanzas para que tu hija se convierta en una mujer fuerte y feliz he querido compartir algunas premisas que intento que tengan siempre presentes para afrontar cualquier situación en la vida.

Eres especial

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Tú eres especial, única e irrepetible. Esto intento grabárselos a fuego. Porque lo son, todos lo somos, y si nos lo creyéramos un poco más, estoy segura que seríamos más felices.

Eres preciosa, créetelo

Todas las mujeres somos diferentes, pero todas somos preciosas. Y la primera que debe creérselo eres tú. Amate a ti misma. No dejes que nadie te diga fea, ni gorda, ni patas flacas, ni nada por el estilo. Y si te lo dicen, porque siempre hay algún tonto por ahí (esto también es algo que deben saber), simplemente ignóralo.

No te compares con nadie

Así, tal cual eres, eres única. Nadie es mejor ni peor que tú, ni más fea ni más guapa. Las comparaciones son odiosas. Simplemente, sé tú misma.

Busca tu don

Puede que algunas cosas no se ten den bien, o no te gusten, pero todos tenemos un don, un talento. Y no lo busques mirando hacia afuera, sino hacia adentro, buscando aquello que te apasione, lo que más disfrutes hacer. Allí está tu don.

Sé lo que quieras ser

No me interesa que seas arquitecta, ni ingeniera, ni astronauta de la NASA. Sólo me interesa que encuentres aquello que te realmente te apasione. Sé lo que quieras ser, pero que te haga feliz. Y si en algún momento deja de apasionarte, búscate una nueva pasión.

Di lo que sientes

Expresar las emociones es una de las claves para la felicidad, por eso insisto tanto en que aprendan a decir lo que sienten desde que son pequeñas. Basta ya del "¿Qué te pasa?". "Nada". Cuando en realidad sí nos pasa.

Suelo hacerles preguntas como "¿cómo te sientes?", "¿cómo te ha caído eso que te dijo Fulanita?". Es muy importante que aprendan a reconocer y expresar sus emociones.

Di lo que quieres

En esto las mujeres somos a veces muy tontas y no decimos claramente lo que queremos o no queremos. Decimos "Bueno, no sé, como quieras" cuando en realidad queremos decir "No quiero". Dilo claro, tanto lo que quieres como lo que no.

Sé asertiva

Esta palabra tan de moda últimamente, y un poco en relación con lo que mencionaba arriba, se resume en la habilidad de expresar tus opiniones o sentimientos de forma clara y directa, sin vergüenza.

Ama tu cuerpo

Quiérete tanto por dentro como por fuera. Ama tu cuerpo, aunque no sea perfecto (¿qué es perfecto?). Cuídate, haz ejercicio, aliméntate bien y disfruta de él.

Sueña en grande

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No dejes de soñar. Nunca. No hay sueños imposibles. Persigue lo que quieres, aunque haya obstáculos, porque los habrá, no te desanimes. Ponte una meta y ve a por ello.

Canta y baila con el alma

Ojalá nunca pierdan esa alegría para bailar y cantar como les sale, como hacen ahora, con esa espontaneidad que tienen los niños. Sin prejuicios ni vergüenza. Adoro esos momentos bailongos.

Lee

Vives en la era del entretenimiento, hay miles de cosas que llaman tu atención, lo sé, pero nada merece tanto la pena como el refugio de un buen libro. No pierdas esa costumbre.

Comprométete

No tiene que hacerlo todo, y tampoco tienes que hacerlo todo bien, pero lo que elijas hacer hazlo con compromiso. Involúcrate con las personas y con los proyectos que emprendas.

Esfuérzate

Habrá cosas que no te cuesten esfuerzo, pero verás que las que más satisfacción te den serán aquellas en las que hayas dado todo lo que podías dar.

Lo material, pasa

No te apegues a las cosas materiales. No está ahí la felicidad. Las cosas se estropean, se pierden, el verdadero valor está en las personas.

No tengas prisa por crecer

No te apresures, ser mayor no mola tanto como crees. Disfruta de tu infancia, de tus momentos de juego, de la ingenuidad para ver el mundo a través de tus ojos de niña. Es una etapa maravillosa que no vuelve.

No quieras a quien no te quiere

El amor es cosa de dos. Quien te quiera de verdad, te querrá sin condiciones, tal cual eres. El amor no hace daño ni se mendiga.

Autoconócete

Déjate tiempo para pensar en ti, para meditar, para preguntarte qué te gusta y qué no, qué te molesta, qué haces bien o mal. No dejes que la tele, los vídeojuegos o las redes sociales, ocupen todo tu tiempo, dedícate tiempo a ti. Ocupa tu mente en saber quién eres.

El sexo es bueno

La sexualidad se educa desde la infancia, sin tabúes y hablando claro. El sexo tiene que hacerte feliz y disfrutar. Si alguien se acerca a ti y te molesta la forma en la que te habla de sexo, y no te encuentras cómoda, habla con tus padres.

Siempre te apoyaremos

Cuéntanos siempre lo que te preocupa. Guarda secretos si quieres, pero no preocupaciones. Si nos necesitas, habla con nosotros. Todo por lo que pases, lo hemos pasado antes nosotros.

Ponte en la piel de los demás

Recuerda eso de "no hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan". Te cuidado con lo que dices o haces, porque puedes hacer daño a alguien. No juzgues ni critiques a los demás.

Serás una buena madre

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Que se lo crean desde ya. Procuro darles todas las herramientas para que así sea y estoy segura que lo serán. Lo que les des a tus hijas, el cariño, la atención, los cuidados, los mimos, ellas se lo darán también a sus hijos.

Ama a tus hermanas

Esto es algo que no se enseña con palabras, sino con hechos, fomentando la hermandad entre ellas desde el minuto 0. Que nunca dejen de protegerse, de quererse, de apoyarse... Algún día los padres no estaremos y quedarán las hermanas.

Haz amigos

Los amigos son un regalo de la vida. Compartiréis (ya los hacéis) momentos especiales que sólo se viven con amigos y recordaréis por siempre. Ríe, diviértete, confía y entrégate a ellos.

Sé sincera, siempre

La sinceridad es un gran valor muy denigrado últimamente. Para cualquier relación, de amistad, amorosa, e incluso laboral, la sinceridad demuestra la integridad y calidad de una persona. Puedes equivocarte, claro. Si es así, reconócelo.

No dejes que te avasallen

Sé educada, siempre, pero apártate de las personas tóxicas que no quieren tu bien. Quien te quiere bien, quiere tu bien.

"Life is good"

Para terminar, una frase que es una máxima entre nosotras, una especie de clave. Cuando disfrutamos juntas de buenos momentos nos miramos y decimos "Life is good". Aún cuando las cosas no van del todo bien, vale la pena recordarles siempre que la vida es bella.

En Bebés y más | Día Internacional de la Niña: mujeres y madres del mañana


Los padres de una bebé con parálisis que solo se calma en brazos buscan gente que les ayude a mecerla

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Como hemos dicho en muchas ocasiones, las redes sociales pueden ser peligrosas si se les da un uso irresponsable, pero pueden ser maravillosas cuando la gente se vuelca por una causa. Una de estas historias que merecen ser leídas (y por mi parte contadas) es la de la pequeña Olivia, que nació en un hospital de Brasil en un parto complicado que hizo que pasara varios minutos sin respirar.

Ese tiempo le provocó una parálisis cerebral con la que vivirá el resto de su vida, e hizo también que tuviera que estar ingresada en el hospital varias semanas. Tanto tiempo en la UCI neonatal hizo que ahora la niña sufra mucho cuando no está en brazos y los padres han decidido no soltarla; mecerla tanto como haga falta y, para ello, han pedido ayuda para que les ayuden a tenerla en brazos.

Ven a bailar con Olivia

La niña pasó 48 días en la UCI, según explican los padres, sin apenas contacto con ellos. Obviamente, cuando la tuvieron en brazos, la niña dijo que nunca más, que no quería ni merecía volver a estar sola, y cada vez que la dejaban lloraba y lloraba, de manera inconsolable. Se dieron cuenta de que meciéndola, bailando con ella, se quedaba tranquila, se sentía segura. Pero a pesar de ser dos, su padre y su madre, Fernando y Marilia, 24 horas son muchas para tenerla en brazos los dos, más si tenemos en cuenta que después de esas 24 horas vienen 24 horas más.

Decidieron pedir ayuda a su familia y amigos y no se les ocurrió una manera mejor que haciendo un llamamiento en Facebook titulado "Ven a bailar con Olivia". Entonces la magia de las redes sociales hizo que el mensaje llegara a cada vez más gente y son ya más de 50 las personas que han ido a casa de Olivia a bailar con ella.

Y esto no es todo. Entre mensajes de interesados en ir a su casa y los de apoyo a la familia son más de 1.000, en una respuesta que ha sorprendido gratamente a los padres de la niña.

Los brazos están dando su fruto

Dicen aquellos que no acaban de enterarse de lo importante que es coger en brazos a los bebés que es mejor no cogerles demasiado porque luego se acostumbran y entonces es imposible soltarlos nunca. Olivia, ella solita, tan pequeña, ha derribado completamente esa teoría.

Estuvo sola durante semanas. Eso debería haber hecho de ella una niña muy independiente, o perfectamente capaz de vivir sin ser cogida y, sin embargo, sucedió lo contrario: en cuanto la tuvieron en brazos, dijo que era eso lo que necesitaba.

Ahora, después de un tiempo en los brazos de sus padres, y en los de las personas que han ido a casa a mecerla, Olivia empieza a sentirse más a salvo, más segura, más confiada, y empieza a consentir estar algunos ratitos sin ser mecida; ayer mismo, su padre colgaba esta foto como muestra de ello:

Oli

Junto con la foto explicó que Olivia está increíble, cada vez más tranquila, y que debe ser, seguro, fruto del amor que ha recibido hasta ahora.

Esperemos que sigan teniendo tanto éxito de convocatoria (al parecer tienen tanta gente que han decidido espaciar las visitas a días alternos, para no agobiar en exceso a la niña) y, sobre todo, que Olivia responda cada día más y mejor a tanto cariño y tanto amor de conocidos y extraños. Para ella fue difícil nacer, y difícil será su vida, pero con una familia así y tanta gente comprometida a su alrededor, seguro que lo tendrá un poquito más fácil. ¡Bravo!

Vía | Montevideo
Fotos | Fernando Peres
En Bebés y más | ¿Crees que se queda con hambre o que duerme fatal? Quizás solo necesita brazos, Los segundos nueve meses, la exterogestación del bebé, Once razones de peso para elegir la crianza en brazos

La absurda guerra de las madres: dejemos de juzgar cómo cada una cría a sus hijos

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Son muchas las cosas que nos unen como madres, pero solemos centrarnos en aquellas que nos separan y nos diferencian. Juzgamos. Aunque no tengamos la intención y vayamos de liberales, solemos juzgar a quien no cría a sus hijos como lo hacemos nosotras.

Que si le da biberón, que si lo deja en una guardería a los cuatro meses, que si es madre soltera, que si es una esclava de la teta, que si sale antes del trabajo para cuidar de sus hijos... ¿Quién sabe qué hay detrás de cada historia para poner en tela de juicio las decisiones que cada una toma con respecto a sus hijos? Este anuncio transmite un bonito mensaje para acabar con la absurda guerra de las madres: dejemos de juzgar cómo cada una cría a sus hijos.

Hay tantas formas de criar como madres, y ninguna es mejor o peor que la otra, todas queremos lo mejor para nuestros hijos y tomamos las que creemos que son las mejores decisiones para ellos.

Hace unos meses os enseñábamos un divertido vídeo que hablaba de lo mismo, la "guerra de las madres", pero en clave de humor, y la importancia de rescatar aquello que nos une en lugar de lo que nos separa.

Ahora la misma marca (Similac) vuelve a hacerlo pero en un tono más emotivo, puede que os sintáis identificadas o veáis en estas madres o otras madres que conocéis, y a quienes tal vez habréis juzgado, o ellas a vosotras.

En el vídeo se presenta a siete madres recientes con diferentes formas de ser, y por ende, con diferentes formas de criar a sus bebés. Cada una con su historia, sus preferencias, sus sufrimientos, y sus convicciones sobre lo que quieren y no quieren para sus hijos.

Al final, se juntan las siete y como era de esperar, confiesan haber juzgado o haberse sentido juzgadas por las demás en un primer momento. Pero al conocerse, se dan cuenta que lo importante es deshacerse de prejuicios, dejar las críticas de lado y respetar a cada una como madre.

Se habla de la "hermandad de la maternidad", algo que deberíamos empezar a poner en práctica. La de apoyarnos mutuamente sin juzgar. Porque tenemos mucho que aprender las unas de las otras. Si nos escuháramos más y nos juzgáramos menos, tendríamos una maternidad más feliz y sobretodo, estaríamos dando un mejor ejemplo a nuestros hijos.

Vía | Upsocl En Bebés y más | La absurda "guerra de las madres" en un divertido vídeo

¿Matarías a un bebé... si fuera Hitler?

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Hace unos días el New York Times sorprendió a todos sus lectores con una encuesta muy banal a simple vista, pero muy válida como experimento sociológico: "Dear Reader: Could You Kill a Baby Hitler?". Algo así como "Si pudieras viajar en el tiempo, ¿matarías a Hitler cuando era bebé?".

La pregunta se acompañó del hashtag de Twitter #BabyHitler, que llegó a ser Tendencia. ¿Los resultados? Son los que todos podemos esperar, pero vale la pena comentarlos un poco, simplemente para ofrecer mi opinión y para que vosotros también nos deis la vuestra.

Qué dijo la gente que haría

La pregunta tenía solo 3 posibles respuestas: "Sí", "No" y "No estoy seguro/a". Los resultados, según explican en 20 minutos, fueron los siguientes:

  • El 42% de los que participaron dijo que sí mataría a ese bebé.
  • El 30% contestó que no lo haría.
  • El 28% restante comentó que no sabría qué hacer.

Esto quiere decir que no sabemos en realidad qué haría la mayoría de la gente, porque en el 28% habrá gente que acabaría haciéndolo y gente que acabaría por no hacerlo. En cualquier caso, de los que tienen clara la respuesta, son bastantes más los que tienen claro que sí lo harían que los que no lo harían.

¿Qué harías vosotros?

Pensad en lo que hizo Adolf Hitler, pensad que se le atribuye la muerte de diecisiete millones de personas por causas raciales, pensad en los campos de concentración y en todo el sufrimiento que generó su causa. Pensando en todo ello, hasta yo diría que sí.

Pero luego mirad la foto de arriba, la de un bebé cualquiera, como podría ser el pequeño Adolf semanas después de llegar al mundo. Estáis en el año 1889 y tenéis a este bebé en brazos. ¿Pensáis en lo que hará? ¿Quizás merezca una segunda oportunidad? ¿Seremos unos héroes si acabamos con él o quizás unos asesinos, igual que él?

Y eso es lo que a mí, personalmente, me lleva a ubicarme en el "No". No, yo no mataría a un bebé, ni aunque fuera Adolf Hitler. Ahora bien, si tuviera la posibilidad de viajar en el tiempo y de tener a ese bebé en brazos, me ubicaría en el "Not sure" (no estoy seguro) y en cuanto pudiera lo secuestraría. Está claro que secuestrar a un bebé es un acto deleznable, pero puesto en la tesitura de matarle, prefieriría no hacerlo y llevármelo conmigo. Y ante la opción de simplemente no hacer nada, no me perdonaría jamás ver sus actos y todo lo que hizo, pensando que pude evitarlo.

¿Y qué haría con él?

Pues tratarle como a un hijo y educarle del mismo modo que educo a mis hijos: con cariño y respeto, con humor y con amor, con mis lógicas imperfecciones, pero tratando sobre todo de hacer de él una persona de bien. Hitler fue un niño cuyo padre le azotaba a menudo, y un niño que quería ser artista, pintor para más señas, mientras su padre se negaba a que fuera esa su vida, instándole y obligándole a que fuera funcionario, como lo era él.

No quiero decir con esto que acabara siendo quien fue por culpa única y exclusivamente de su padre, pero intervino de manera activa en su carácter y en sus elecciones, porque un día decidió que no iba a darle a su padre el placer de sufrir cuando éste le pegara y a partir de ese momento nunca más se quejó visiblemente ante él. De igual modo, optó por no estudiar, por sacar malas notas, solo porque su padre quería que tuviera buenas calificaciones para poder ser agente de aduanas, como él.

Le daría una segunda oportunidad y estoy seguro de que no acabaría siendo la persona que llegó a ser. ¿Y vosotros/as?

Foto | iStock
En Bebés y más | Por qué pegar a los niños es un mal negocio (para lo niños), "Nunca hay justificación para pegarle a un niño". Entrevista al psicólogo Ramón Soler, Cinco pasos básicos para criar en positivo y sin castigos

El Papa Franciso recomienda a los padres "perder el tiempo" con sus hijos

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El Papa Francisco es muy dado a dirigirse a los padres sobre temas que tienen que ver con la crianza de los hijos. Recordemos, por ejemplo, aquellas declaraciones en las que defendía la paternidad responsable o cuando animaba a las madres a amamantar a sus hijos.

Es bastante activo en las redes sociales, a través de las cuales suele lanzar mensajes cargados de sentido. Uno de los últimos, enviado a través de su cuenta de Twitter, estaba dirigido a los padres, a quienes recomienda "perder el tiempo" con sus hijos porque "es una de las cosas más importantes que pueden hacer todos los días". Más allá de cuestiones religiosas, da igual si se eres cristiano o no (imaginemos que viene de cualquier otra persona), es un consejo muy valioso para quienes somos padres.

¿Sabemos "perder el tiempo" con nuestros hijos?

Me ha gustado que el tuit haya sido en forma de pregunta, porque muchas veces "disfrazamos" el tiempo que estamos con nuestros hijos cuando en realidad estamos mirando el móvil, la tele o el ordenador, pero no estamos pasando tiempo con ellos de forma activa.

¿Qué es "perder el tiempo" con los hijos? Precisamente es todo lo contrario a lo que significa la palabra perder. Siempre que se trate de estar con las personas que amamos es tiempo ganado, debería empezar a decirse "ganar el tiempo" con los hijos. Jugar con ellos, conversar, pasear, o lo que surja, precisamente sin la necesidad de tener siempre un plan preestablecido, es tiempo ganado.

No hay necesidad de tener siempre actividades programadas para todo el fin de semana, sino simplemente "perder el tiempo" juntos es el mejor plan.

Porque no importa eso de el tiempo de calidad y la cantidad de tiempo. Todo el tiempo que podamos compartir con ellos es importante, aunque no hagamos nada en especial. "Perdiendo el tiempo" se puede conocer mucho mejor a los hijos y compartir con ellos experiencias que a veces el peso de la rutina no nos permite.

Vía | La Nación
En Bebés y más | El Papa Francisco anuncia que el pecado del aborto podrá ser perdonado a partir de 2016

Amamantar, colechar y criar con respeto a un niño con la finalidad de que sea un líder del mañana es un error

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Crianza con apego y líderes del futuro

Desde que estoy metido de lleno en esto de la paternidad (9 años) y la paternidad 2.0 (unos 8 años en foros y blogs) he ido creciendo como persona y como padre, sintiéndome cada vez más identificado con la filosofía de crianza que conocemos como crianza respetuosa, crianza con apego o crianza natural. Esto me ha llevado a conocer a mucha gente que piensa igual y a leer muchas opiniones, mensajes, argumentos y debates, e incluso a ver a algunas madres y padres hablar de su función como de la creación de una nueva sociedad, como si estuvieran llevando a cabo una auténtica revolución social, como si estuvieran cambiando el mundo por criar a sus hijos de ese modo.

Yo mismo lo pensé en algún momento del cuidado de mis hijos, pero por suerte no tardé mucho en quitarme de encima esa idea. Hoy he decidido escribir esta entrada como toque de atención a todos esos padres que piensan que sus hijos cambiarán el mundo, a todos esos padres y madres que amamantan, colechan y crían con respeto a sus hijos para que sean los líderes del mañana.

¿Y por qué no, si amamantar hace que sean más inteligentes?

Lactancia

Es cierto. Lo vimos hace unos meses en un estudio que mostraba que los niños amamantados por más tiempo tenían mayor inteligencia y un mejor sueldo a los 30 años. Tomar leche materna en vez de leche artificial hace que aumenten unos puntos el cociente intelectual de los niños, pero no puede establecerse como cierta la premisa "los niños amamantados son más inteligentes que los no amamantados", porque son muchos los factores que afectan a la inteligencia final de una persona y la lactancia no es la variable que más pesa en la ecuación. Para ir más a lo seguro, digamos que los niños amamantados son más inteligentes que si ellos mismos no fueran amamantados.

¿Que cuál es el factor que más tiene que ver con la inteligencia final? El que más no lo sé, pero uno que tiene mucho más que ver es el entorno en el que nace. Un niño nacido en una familia de clase alta tiene puntuaciones en las pruebas de inteligencia bastante más elevadas que los que nacen en una familia de clase trabajadora. Si la lactancia de un niño puede hacerle variar su cociente intelectual en 4-5 puntos, nacer en uno u otro estrato social puede diferenciar a un niño de otro en hasta 15 puntos. ¿Será porque tiene más oportunidades a la hora de recibir una educación? ¿Será que sus padres obtienen más ingresos porque ya son de por sí más inteligentes, y eso lo heredan los hijos?

Por clarificar: si a un lado tuviéramos un grupo de niños de padres con bajos ingresos amamantados y al otro un grupo de niños de padres con altos ingresos de biberón, los segundos serán más inteligentes que los primeros. Sin embargo, a igualdad de condiciones, si comparamos niños del mismo estrato social, los que toman leche materna sí tienen, de media, unos 3-5 puntos más de cociente intelectual. Por eso la comparación debería ser consigo mismo: "si yo hubiera sido amamantado sería un pelín más inteligente. Como no lo fui, soy un pelín menos inteligente".

A lo que iba: sí, los niños son un poco más inteligentes si toman leche materna, pero es un error amamantarles para que sean los líderes del mañana.

¿Y por qué no, si dormir con ellos hace que crezcan más sanos y tranquilos?

Colecho

Así lo dice Margot Sunderland, directora de Educación y Entrenamiento del Centro de Salud Mental Infantil en Londres, cuando recomienda que los niños duerman con sus padres al menos hasta los cinco años. Ella, y otros expertos, ven perfectamente lógico que los niños no gasten energía por la noche, con temores y miedos por estar solos, por la oscuridad, o por no saber cuándo llegará el mañana y que descansen, tranquilos, confiados y sintiéndose seguros y amados al lado de sus padres.

De ese modo reservan fuerzas y capacidades para el día a día, para aprender lo que es verdaderamente importante y no las gastan en estar alerta, de noche, de lo que pueda pasar.

Vamos, que dormir con los hijos es positivo para su desarrollo, y sin embargo es un error colechar para que sean los líderes del mañana.

¿Y por qué no, si la crianza respetuosa hace que sean personas más respetuosas?

Crianza

¿Por qué pintas una pared de blanco? Porque me gusta blanca. ¿Y no sería mejor pintarla de amarillo, si la quieres blanca? No, si la quiero blanca tengo que pintarla blanca. ¿Cómo hay que tratar a un niño si quieres que sea como tú, si quieres transmitirle tus valores? Pues del mismo modo que te gustaría que te trataran y del mismo modo que tratas a otras personas. Si quieres que tu hijo sea una persona respetuosa, tienes que tratarle con respeto y tiene que ver que eres una persona respetuosa con los demás.

Si quieres que hable, que dialogue, que solucione las cosas con las palabras y no con gritos ni con el uso de la fuerza, tienes que hablar, dialogar y solucionar las cosas con él con palabras y no con gritos ni con el uso de la fuerza, y tiene que ver que haces eso mismo con el resto de la gente.

Si quieres que tu hijo sea una persona de bien, tienes que educarle así, como una persona de bien, y tiene que ver que tú también lo eres. Por eso la crianza con apego, o respetuosa, es el modo más lógico de educar y criar a un niño.

Sin embargo, es un error criar a un niño con apego para que sea uno de los líderes del futuro.

¿Por qué? Pues porque tenemos que criarlos como sintamos, no para que sean los líderes del mañana

¿Por qué hay que amamantar a los niños? Porque es lo normal, porque es lo que la naturaleza ha propuesto para todos los bebés, y porque la ausencia de lactancia materna pone trabas al desarrollo de los niños.

¿Por qué dormir con los niños? Pues porque es lo normal. Porque el ser humano es una especie altricial, que nace completamente dependiente y no es capaz de valerse por sí misma. Por eso los recién nacidos nacen con un instinto de supervivencia que les dice que "si vas a estar solo, llora". Y no "llora un poquito", sino "llora como un poseso". Ese instinto, y el llanto consecuente, les sirve para que los cojamos en brazos, los pongamos a nuestro lado, y así estén a salvo de todo riesgo.

¿Por qué tratarles con respeto? Porque es lo normal. Porque hay una máxima que dice que "no debes hacer a los demás lo que no quieres que hagan contigo", que se suma a otra que dice que "los niños aprenden más de lo que ven que de lo que dices". Todo ello hace pensar que el mejor modo de educarles es con cariño y respeto. A un niño no se le pega, porque está mal. Hay que tratar de no gritarle, porque no es un modo correcto de comunicarte con nadie. No se le castiga, porque es mejor que hagan lo correcto porque sienten que deben hacerlo así y no para evitar un castigo, y así con todo.

Pero nada de ello hay que hacerlo para que sean los líderes del mañana, ni presidentes, ni revolucionarios, ni filósofos, ni eruditos, ni aquellos que cambiarán el mundo. Ellos serán lo que quieran ser, o lo que puedan ser. Unos serán brillantes, y otros no. Unos serán luchadores, y otros no. Unos serán médicos, abogados, políticos de renombre, y otros no.

Menuda bofetada se van a llevar muchos de estos padres cuando sus hijos crezcan y se den cuenta de que sus hijos no son más especiales que otros niños, que también sacan malas notas, o que también se pelean con otros niños, o que caen en errores que ellos (los padres) también cometieron.

Lo que hagamos, como les eduquemos, debe ser siempre porque es así como creemos que debe ser, pero no con la finalidad de hacerles mágicos, niños índigo, niños cristal, "El Elegido" o el nuevo Mesías. No somos nadie para cambiar el mundo, y nuestros hijos tampoco a menos que ellos lo decidan.

Cuando era un niño quería cambiar el mundo, cuando fui joven me di cuenta de que tenía que cambiar mi país, de adulto mi familia, y ahora que voy a morir he comprendido que si hubiera cambiado YO, habría cambiado el mundo.

No me preguntéis por el autor, porque lo desconozco, pero lo que hagamos, lo que nuestros hijos hagan debe ir destinado a ser mejores personas, que no es poco. Lo demás, llegará si tiene que llegar. Demasiada presión y demasiada competitividad les mete el mundo actual como para que sus padres, los que debían respetar sus decisiones y su camino, les pida que sean los líderes del mañana, promotores de un cambio que en realidad atañe a todos.

Y en cuanto a los padres, demasiada presión pueden llegar a ponerse sobre sus espaldas si sienten que tienen la misión de hacer de sus hijos esas personas: dedicarles todo el tiempo, todas las energías, todas las ganas, por encima de sus propias necesidades, para luego darse cuenta, la mayoría, de que sus hijos son, más o menos, como todos.

Fotos | iStock
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¿Tu hijo te contesta? Los niños "respondones" tienden a convertirse en adultos exitosos

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En general, se tiene la idea equivocada de que un niño que responde o lleva la contraria a los mayores es un niño rebelde y desobediente. Desde la visión de un adulto es un comportamiento que no encaja en lo que se supone que debería ser un niño "bien educado", pero no son niños a los que haya que encauzar. Al contrario, ser contestatario es positivo para el desarrollo de su personalidad.

Es cierto que las contestaciones pueden a veces sacarnos de las casillas. Todos somos padres y hemos pasado por situaciones de ese tipo, pero lo importante es aprender a mantener la calma, y tener en cuenta que si tu hijo te contesta, según expertos en psicología, los niños "respondones" tiende a convertirse en adultos exitosos.

Están practicando su autonomía

El psicólogo Joseph P. Allen, responsable de un estudio para la Universidad de Virginia, explica: “Les decimos a los padres que se tomen estos argumentos no como un problema, sino como una posibilidad para fomentar un pensamiento crítico en su hijo”.

Cuando los hijos nos contestan, enseguida tendemos a regañarles por lo que consideramos que es una rebeldía. Pero lo que están haciendo en realidad es decir "no" a algo con lo que no están de acuerdo o algo que nosotros pretendemos que hagan y ellos no están dispuestos a hacer. Están pretendiendo ejercer un cierto control sobre sus propias vidas.

¿Cómo queremos que sean nuestros hijos el día de mañana, cuando ya no les llevemos de la mano? ¿Personas sometidas que sigan la corriente y sean incapaces de decir "no" o de resistir a las presiones, o personas que se animen a expresar su opinión cuando no estén de acuerdo con lo que se les impone? Yo no tengo dudas que lo segundo, pero para eso es positivo que el niño practique esa habilidad de replicar desde que es pequeño.

Es su manera de demostrar que es un ser independiente que tiene sus propias ideas y que empieza a ser capaz de tomar pequeñas decisiones, decisiones que irán siendo cada vez más complejas a medida que vayan haciéndose mayores.

No significa permitirles cualquier cosa

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"Claro, y dejar que el niño haga lo que quiera y se nos suba a la chepa", estaréis pensando. Pero no, no es eso. Está claro que como padres hay límites que tenemos que poner, como no permitir insultos, ni gritos, ni mucho menos el uso de la violencia, pero ante una contestación de nuestros hijos es importante que sepamos cómo actuar.

Ante todo, poner en práctica el autocontrol para evitar la réplica explosiva que no conduce a nada. Si es necesario cuenta lentamente hasta diez o ponte a hacer otra cosa y luego vuelve sobre el tema. Una vez calmados ambos, debemos hacerles ver que tenemos en cuenta su punto de vista, que tal vez podemos negociar o solucionar el asunto de otra manera. O si no vamos a cambiar de postura, explicarles tranquilamente por qué.

Replicar la autoridad no es algo negativo. Al contrario, es la práctica de una habilidad que, bien conducida, siempre bajo el respeto y la tolerancia, hará que se conviertan en personas independientes y mejor preparadas.

Vía | Yahoo.es
En Bebés y más | Las rabietas de los niños son su manera de explicarnos sus problemas: no les ignores

Las 12 razones por las que las tías son una compañía increíble para sus sobrinos

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¿Recordáis cuando eráis pequeños lo que os gustaba que os visitaran vuestros tíos y tías? ¿Recordáis cuánto os gustaba visitarles? Y es que las tías tienen algo especial porque tienen la edad que podría tener una madre, pero sin la presión de tener que educar a los niños. Vamos, que para los niños son un auténtico chollo y para nosotros, los padres, un adulto más con quien nuestros hijos pueden relacionarse y pasárselo bien.

Hay algunos países que tienen "el día de la tía", pero en España no se celebra, y al parecer nadie les hace mucho homenaje. Por eso hoy, con esta entrada, vamos a darles visibilidad, a darles las gracias por estar ahí, explicando las 12 razones por las que las tías son una compañía increíble para sus sobrinos, nuestros hijos.

Porque si no tienen hijos, son lo más parecido a una hermana mayor

Puede ser la hermana pequeña de mamá, o la hermana pequeña de papá. Eso hace que estén más cerca en edad que nosotros de nuestros hijos y que tengan cierta complicidad. Si no tienen hijos pueden llegar a comportarse a veces como una hermana mayor y eso, para nuestros hijos, es algo muy valioso. ¿Quién no ha querido nunca tener una hermana mayor?

Porque si tienen hijos, disfrutan de los sobrinos sin la presión de educarles

Porque puede que también tengan a sus propios hijos, pero aún así estarán siempre dispuestas a pasar tiempo con los nuestros: "déjamelos a cenar", porque ahí donde cenen los suyos, podrán cenar también los nuestros, y aunque todo acabará seguramente como si hubiera habido un terremoto, disfrutan viéndoles jugar a todos juntos y sintiéndose, aunque sea unos ratitos, las tías más divertidas, pues no tienen la presión de educarles que sí tenemos los padres.

Porque son como los abuelos, pero con la energía de una madre

Los abuelos suelen decir eso de "a ti te crié, a tu hijo lo malcriaré" porque tienen ganas de, por fin, poder disfrutar de los niños y niñas sin la presión de tener que decirles lo que está bien o mal en todo momento. Se relajan en ese sentido y aprovechan para comprarles cosas, consentirles y hacerse querer. Pues las tías son lo mismo, pero con la energía de una madre, o quizás más, si son más jóvenes o si no tienen hijos. Y eso quiere decir ¡mucha fiesta!

Porque hacen los mejores pasteles

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Porque saben hacerlos, y si no saben aprenden. Aparece el día del cumpleaños diciéndonos que no hagamos pastel, que lo hace ella. Y si no, el día que se quedan con los niños aprovechan para enseñarles a hacer cocinitas, y así pasan la tarde, "gestando" lo que luego se meterán entre pecho y espalda para alegría de nuestros hijos, que luego llegan sin hambre para la cena pero la mar de felices explicando todo lo que han cocinado y comido.

Porque a veces son las mejores confindentes

Dice un escrito que las tías son únicas porque "pueden amarte como una madre, guardar secretos como una hermana, comportarse como una verdadera amiga y darte una colleja cuando haga falta". Vamos, que son especiales porque pueden entender tus problemas, porque tienen tiempo y ganas de escucharte y de ayudarte, porque tienen experiencia en la vida y porque no tienen problema en decirte lo que piensan. Vamos, que muchos adolescentes acaban por confiar mucho en sus tíos y tías, sabedores de que les guardarán el secreto y que no reaccionarán como puede reaccionar un padre o una madre.

Porque les encanta jugar

Les encanta jugar, y además tienen tiempo. Porque a los padres también nos encanta, pero o no nos llegan las fuerzas, o no nos da la vida. Ellas en cambio tienen tiempo, ganas, se ríen, hacen reír a sus sobrinos y hacen que una tarde normal acabe siendo una tarde memorable.

Porque compran la ropa más chula

Que nosotros igual nos vamos quedando un poco a la antigua, o tiramos de ropa prestada, o le ponemos al tercero la que le compramos al primero, hace años, y aparecen siempre con una camiseta chulísima, o un vestido rockero, o algo que ellas mismas podrían ponerse. O si son bebé, con un body y babero como estos que he encontrado en Mamisetas:

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Los niños se irían con ellas al fin del mundo

Por la relación que crean, de confianza. Porque ellas les escuchan, juegan con ellos, se ríen, comparten tiempo y actividades, ellos, nuestros hijos, acaban adorándolas. Vamos, que se irían al fin del mundo con ellas, estableciendo una relación de cariño inigualable.

Nunca se olvidan de un regalo

Cuando es el cumpleaños, que siempre traen algo chulo. Cuando es Navidad, que los Reyes también pasan por su casa. Siempre piensan en nuestros hijos, y lo hacen incluso en sus propias casas, adaptándose con algún juguete o alguna cosa que tienen "por si vienen los niños".

Hacen las mejores fiestas nocturnas

"Si quieres me los quedo esta noche", te dicen un sábado. Y aunque temes que se duerman tarde, al final accedes porque das por sentado que sí, que se dormirán tarde y que se lo pasarán pipa. Un día es un día y las tías hacen las mejores fiestas nocturnas. Seguro que cenarán pizza, beberán refrescos y de postre helado. Seguro que se pondrán una peli después de cenar. Seguro que luego jugarán en las camas, o que echará unos colchones al suelo para dormir todos juntos y seguro que se explicarán sus mayores secretos. ¿Cómo negar algo así a tus hijos? ¡Si hicieran un parque temático con las tías, cerrarían los parques Disney!

Porque son la canguro más económica y dedicada que puedas encontrar

Si puede, siempre te dirá que sí, con una sonrisa. Y si no puede, hará lo imposible por poder quedarse con ellos. Ideal para una emergencia e ideal para cuando los niños quieran estar con ella, y viceversa. Los motivos los acabamos de dar, pero es que además hacen todo eso sin pedir nada a cambio, y eso las convierte en las mejores canguros.

Porque besan mucho y regañan poco

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En definitiva, las tías son increíbles porque les adoran, porque les encanta estar con ellos. Saben que es para un rato y eso hace que se involucren con toda su atención. Saben que son sus sobrinos y sobrinas, y les quieren muchísimo. Vamos, que son ideales porque besan mucho y regañan poco.

Sí, vale, no todas las tías son así de mágicas, pero hay muchísimas así y merecen que las alabemos por ello y que, en nombre de todos los padres y madres reciban un "¡Gracias por ser como sois!" y un "¡Gracias por ayudarnos tantos con los niños y por hacerles tan felices a vuestro lado!".

Fotos | iStock
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Las 12 razones por las que los tíos también son una compañía increíble para sus sobrinos

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Hace unos días decidimos hacer un homenaje a las tías, hermanas del padre o hermanas de la madre, o cuñadas de estos, por ser quienes son y ser como son, por cuidar y querer tanto a nuestros hijos y por ser una figura joven, con energía y sin la necesidad de ser tan responsable como debe ser una madre o un padre, que son los máximos referentes de los niños y su ejemplo es básico.

Tanto en Facebook como en la propia entrada muchos tíos se sintieron molestos porque se vieron excluidos en dicha entrada y, como ellos también se lo merecen, hoy les hacemos un homenaje con las 12 razones por las que los tíos también son una compañía increíble para sus sobrinos.

Porque si tienen hijos, sabrán un montón de juegos

Si los tíos ya tienen hijos seguro que saben ya un montón de juegos, así que no tendrán problemas en tirarse al suelo, ensuciarse si hace falta e incluir a los sobrinos en los juegos con sus hijos. Además, sabrán historias increíbles, de la de cuentos que llevan ya leídos y casi memorizados, y de la cantidad de películas que se hayan tragado, así que son perfectos para tener a un montón de niños sentados escuchando atentamente esperando el desenlace de una historia que pueda parecer increíble.

Porque si no tienen hijos, se inventan los juegos

Si no tienen hijos, quizás no sepan tantos juegos ni historias, pero da igual: se los inventan. No estarán tan puestos al día en lo que a cuentos se refiere, pero les bastará echar la mente un poco atrás para recordar algún videojuego, algún cómic o alguna serie de ciencia ficción para tenerlos embelesados el rato que haga falta: "quizás queráis saber algo de un hombre que consiguió un anillo muy especial, que cuando se lo ponía la aparecía un traje verde y una máscara, con el que podía hacer tantas cosas como imaginara". "O quizás no sepáis qué es un Hobbit, que pudiera parecer un enano, pero es más pequeño, y pudiera parecer un niño de lejos, pero no de cerca... son fantásticos rastreadores, muy silenciosos, y curiosamente conozco la historia de uno que ¡una vez vio tres trolls!".

¿Toca tomar el té? Se convierten en una distinguida señorita con ademanes de lo más educados. ¿Toca ser Batman? Sabrán hacer la voz a la perfección, hasta dejarse la garganta en la imitación si hace falta. ¿Toca jugar a coches? Sin problema. ¿A fútbol? Seguro que será benévolo y solo se los regateará cuatro veces hasta que decida pasársela a alguno. ¿A las muñecas? También saben poner voz de mujer, así que habrá que escuchar lo que tengan que decir, porque seguro que es "importante".

Porque son como papá, sin el filtro de mamá

Un padre es una persona que idea juegos y actividades con los hijos que poco a poco van siendo censuradas porque a mamá no le hacen gracia. Cuando son pequeños, bebés, obviamente no, pero cuando son más mayores, tanto a los padres como a los niños les encantan los juegos "malabares", que son aquellos que se hacen siendo el niño el malabar. Ahora te lanzo, ahora te hago volar, ahora haces unos giros increíbles por el aire, etc., hasta que la madre se enfada y amenaza a papá con algo que le hace cambiar de opinión. Vamos, que los padres acabamos teniendo filtro.

Pero los tíos no lo tienen, así que son como el padre que nunca pudieron tener, en el "peor" sentido de la palabra (para las madres). Yo mismo he lanzado al aire a alguna de mis sobrinas y, madre mía, luego no querían que las dejara de lanzar: "anda, dile a tu padre que te haga esto más a menudo, que yo me estoy dejando los brazos"... pero no, ¿cómo va a hacer algo así? Ningún padre quiere dormir en el sofá.

Porque son como un hermano mayor

Igual que las tías son como las hermanas mayores, los tíos pueden serlo también: por lo divertidos que son, por las cosas que hacen con nuestros hijos cuando están juntos y porque pueden enseñarles muchas cosas y pueden convertirse en una figura de confianza. Los padres tenemos una barrera lógica con los hijos, que es la obligación de educarles. Eso hace que no podamos ser sus amigos (o solo sus amigos), porque tenemos que ser algo más. Pero ellos, los tíos, no suelen tener esa barrera (a menos que cuiden de los sobrinos todos los días, varias horas...) y pueden tener una relación increíble con ellos. Tan increíble que los niños acaban teniendo ganas locas de volver a verles.

Porque tienen energía infinita

Los padre llegamos justitos al final del día, todo hay que decirlo, pero los tíos que no tienen hijos no tienen esa sensación de cansancio casi constante y llegan ahí donde los padres nos quedamos ya sin ganas. Y como solo están con ellos algunos días, y algunos ratos, se dejan la piel en esos instantes compartidos.

Porque tienen cosas chulísimas en su casa

Ya lo he dicho, pero es que es así: algunos tienen instrumentos musicales (los padres los tendríamos también, pero a veces es elegir entre eso o que tu hijo tenga una habitación), otros una televisión enorme, otros un proyector de cine, algunos una consola con accesorios increíbles y los más coleccionistas, esos juguetes tan chulísimos que nunca han dejado tocar a nadie pero que a veces cogen un rato para jugar con sus sobrinos, siempre diciéndoles que son juguetes muy especiales y que hay que tratarlos con mucho cariño.

Porque también son los mejores confidentes

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Precisamente porque pueden ser como un hermano mayor, si hay confianza pueden llegar a ser un gran soporte para ellos. De nuevo, si son más jóvenes que los padres, pueden tener más presente el momento de los cambios, de las relaciones con amigos y amigas, la adolescencia, etc. Además, ellos no son los padres y eso les ayuda a ver las situaciones desde fuera, con perspectiva, y pueden ser más objetivos y en ciertos asuntos y momentos, más cercanos a ellos.

Porque compran ropa chulísima

Solo a ellos se les ocurriría aparecer con la camiseta del equipo favorito de los niños, con su nombre detrás. O con una de algún superhéroe, o de algún grupo de rock. Vamos, que no es lo que comprarán de primera elección, pero si acaban comprando ropa, seguro que aciertan porque no se andan con "tonterías" de rayitas, cuadros ni topos.

Porque si se olvidan del regalo, lo arreglan a lo grande

Emm, sí. Esto puede pasarles si los padres no montamos fiesta. Que llega el día del cumple y no se acuerdan. Pero no pasa nada, porque si se olvidan, lo arreglan a lo grande: "déjame a los niños que me los llevo al cine, con palomitas y todo, y luego nos vamos a cenar unas pizzas o lo que sea". O "déjamelos que me los llevo a casa y pasan la noche conmigo", o "idos por ahí a tomar algo, o a pasar el fin de semana fuera, que ya me quedo yo con ellos en vuestra casa".

En un momento te preparan una comida riquísima

Lo de hacer pasteles suele dejarse más para las tías... ellos son más de cosas prácticas, de comer, de las de cuando hay hambre de verdad. En un momento te hacen un plato de pasta increíble, una pizza o una hamburguesa que ni en el McDonalds. ¿Quieres que coman sano? Bueno, igual algún día se suman a la causa, pero ellos lo tienen claro: "si se quedan conmigo es para pasarlo bien y para celebrar que estamos juntos, así que hoy beben Coca-Cola (sin cafeína), que lo sepas". "Sí, tranquilos, les haré una foto con la cara de "Arrggghhhh" cuando metan el primer trago, que aquí nada de echar un poquito de agua ni tonterías de esas".

Las fiestas nocturnas son lo más

Si las de las tías son divertidísimas, las de los tíos pueden ser la hecatombe. Peli, cena guarra, unas partidas a la consola y todo con un volumen más alto de lo recomendable para convivir en comunidad. "¿A qué hora se durmieron? Pues ahora que lo dices, no sé... porque creo que me dormí yo antes". "Que nooo, prontooo. Si a las ocho ya estaban de pie", nos dicen mientras le guiñan un ojo a nuestros hijos y ellos sonríen pícaramente tras sus manos "escondementiras".

Porque les quieren con locura

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Porque ellos también les quieren por locura y se desviven por ellos, dando lo mejor de sí, aprendiendo trucos de magia para cuando vuelven a verles, chistes e incluso cuentos, y porque son como un segundo papá, y eso mola mucho, pero mucho.

Sí, vale, no todos los tíos son tan mágicos como estos de los que hemos hablado hoy, pero muchos sí lo son y merecen también un sincero homenaje por su labor, por su presencia y por ser esa figura que los niños llegan a admirar tanto. Gracias tíos por vuestros ratos, juegos y diálogos con los niños. Ellos son tan importantes para vosotros como vosotros para ellos, así que ¡seguid así! (aunque la madre os diga que no).

Fotos | iStock
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Si las madres habláramos entre nosotras como hablamos a nuestros hijos seríamos así de ridículas

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A veces las madres podemos llegar a ser muy pesadas con nuestros hijos, pero no solemos verlo hasta que nos ponen un vídeo como el que podéis ver a continuación. Por eso me ha gustado mucho esta recreación realizada por las chicas de The BreakWomb, porque nos pone patente cómo sería la situación si las madres habláramos entre nosotras como hablamos a nuestros hijos. Nos veríamos así de ridículas.

¿Por qué no vemos mal hablarle a un niño como le hablamos, pero sí nos choca verlo entre adultos? Con los adultos nos cortamos, con nuestros hijos no. Y no consiste en dejar de educarlos, hacerles saber que no está bien interrumpir una conversación, por ejemplo, pero hacerlo de una manera más amable por nuestra parte, sin avergonzarles.

¿Cómo te sentirías si una amiga te hablara de esta forma? Avergonzada, confundida, tal vez algo humillada. ¿Cómo crees que se siente tu hijo cuando le hablas así, y encima a veces delante de otras personas? Yo misma en ocasiones me encuentro que he estado todo el día haciendo marca personal a todo lo que hacen mis hijas, remarcándoles y corrigiéndoles todo aquello que hacen mal.

Como dije antes, la cuestión no está en dejar de educarles, sino en adoptar una forma de comunicación más amigable con nuestros hijos, un trato más de igual a igual, porque aunque son niños se merecen que les respetemos como haríamos con cualquier adulto.

¿Qué os ha parecido la conversación entre madres? ¿Os habéis sentido identificadas en cómo habláis a vuestros hijos?

Vía | Upsocl
En Bebés y más | Curso de maternidad y paternidad: consejos para hablar con nuestros hijos

"Nunca es lícito pegar a un niño", hablamos sobre castigos con la psicóloga infantil Silvia Álava

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Una de las cuestiones que más nos preocupan a los padres de hoy en día es cómo corregir ciertas conductas en los niños. Nos preguntamos si deberíamos castigarles, cuándo y cómo hacerlo, si esos castigos son efectivos y si hay otras alternativas que podamos poner en práctica.

Para aclarar todas esas y otras dudas, hablamos sobre castigos con una verdadera experta, la psicóloga infantil Silvia Álava, autora de los libros 'Queremos hijos felices. Lo que nunca nos enseñaron' y 'Queremos que crezcan felices. De la infancia a la adolescencia', que se presenta estos días, ambos publicados por JdeJ editores.

Mucha gente opina que dar una colleja no es para tanto, que no es grave, que "apenas es un toque", pero más allá de lo físico (que tampoco es aceptable), ¿es una buena manera de corregir un comportamiento inadecuado en los hijos? ¿Por qué?

No, nunca y bajo ningún concepto es lícito pegar o dar un cachete o una colleja a un niño, pues de esta forma, no sólo le haremos daño físico, si no que le mostraremos que hemos perdido el control de la situación, y que él ha logrado desesperarnos; y es importante que los niños vean que en todo momento es el adulto el que mantiene el control, nunca él.

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¿Sirven de algo los castigos físicos? ¿Hay licencias para pegar a los hijos?

No olvidemos que la principal fuente de aprendizaje de un niño es el modelado, es decir los niños copian lo que ven en sus figuras de referencia, que principalmente somos los padres. Si queremos que desaparezcan lacras sociales como la violencia, y no sólo de género, no les enseñemos a nuestros hijos que el castigo físico es una opción, bajo ningún concepto.

Y los castigos no físicos, ¿sirven de algo? ¿Cómo deberían ser para que sean efectivos?

El castigo no es un recurso imprescindible en la educación de los niños, de hecho, la psicología nos ha demostrado que en pocos casos el castigo es efectivo.

"El castigo no es un recurso imprescindible en la educación de los niños. En pocos casos el castigo es efectivo".

El objetivo en la educación es consolidar las conductas positivas en los niños y extinguir las conductas negativas, y eso se consigue mucho mejor mediante el refuerzo y la extinción.

Consideramos refuerzo a cualquier consecuencia positiva, y ojo, no lo equivoquemos con premios materiales, el mejor refuerzo para los niños puede salirnos muy barato, es la atención de sus padres. Se trata de aprender a reforzarles cuando estén realizando las conductas que queremos instaurar, es decir, esté con ellos y refuerce y premie al niño mientras se porta bien, y no le preste más atención cuando está realizando las conductas disruptivas que queremos que desaparezcan, esto es lo que se llama extinción.

En pocos casos el castigo es efectivo, y para que lo sea, tiene que ser lo más contingente posible a la conducta que quisiéramos castigar, es decir lo más cercano posible, y por un periodo de tiempo corto. De nada sirve castigar a un niño sin ver la televisión el fin de semana si se ha peleado con su hermano el jueves, porqué cuando llegue el momento de la aplicación del castigo, primero, no se acordará del motivo, y segundo, rompemos la posibilidad de premiar las conductas en ese intervalo del jueves al sábado.

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¿Qué alternativas tenemos los padres a los castigos? ¿Cómo podemos educar sin castigar?

Lo mejor es que desaparezca el concepto “castigo”, ya que los niños lo viven como algo impuesto desde fuera y contra lo que nada pueden hacer. A partir de ahora cambiaremos la terminología: las cosas hay que ganárselas, y ver la televisión, o jugar un rato con el ordenador o la videoconsola, habrá que ganárselo con el comportamiento correcto.

"Lo mejor es que desaparezca el concepto “castigo”. El objetivo en la educación es consolidar las conductas positivas en los niños y extinguir las conductas negativas".

Sería bueno sentarnos con el niño y explicárselo. “A partir de hoy, tendrás que ganar jugar x minutos al ordenador, ver la televisión… y eso se gana realizando los deberes al llegar del colegio, obedeciendo a la primera… (el niño tiene que tener muy claro qué es lo que se espera de él, definiendo sus tareas de la forma más concreta posible, y las normas y los límites que tenemos establecidos). De tal forma que cuando el niño incumpla su parte del acuerdo, desaparecerá “te castigo sin ordenador”, si no “hoy no te has ganado jugar al ordenador”.

Así el niño verá que él tiene en su mano la posibilidad de ganar las cosas, que todo está en él y en sus comportamientos. En la consulta vemos muchos niños que “están castigados a todo” y esto les ha hecho perder toda la motivación para portarse bien, por lo que incluso la situación familiar es todavía más tensa que antes del castigo.

Agradecemos especialmente a Silvia Álava que se haya hecho un hueco para responder a nuestras preguntas en plena presentación de su nuevo libro.

En Bebés y más | Siete potentes razones por las que jamás debes pegarle a un niño

Las 11 cosas que debéis tener en cuenta para ser buenos padres

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No sé vosotros, pero uno de mis mayores preocupaciones cuando supe que tendría un hijo fue acerca de mi capacidad para ser un buen padre. Pensé que no sería capaz, pensé que no sabría cuidar de mis hijos, pensé que no lograría estar a la altura. Con el tiempo y con perspectiva me di cuenta de que es normal sentirse así porque cuando eres padre es el primer momento en el que una personita diminuta pasa a ser tu responsabilidad.

De lo que hagas o dejes de hacer dependerá en gran parte su felicidad y su manera de ser, y en cierto modo se convertirá en un reflejo de lo que vea, así que por eso, para que el día de mañana puedas decir que tenéis buenos hijos os explicamos hoy las 11 cosas que debéis tener en cuenta para ser buenos padres.

1. Los consejos están muy bien, pero son los bebés los que saben qué necesitan

Cuando eres primerizo agradeces mucho todos los consejos que te dan, pero pronto empiezas a hacerte un lío, porque unos te dicen cosas que otros no recomiendan, y al final se contradicen. De hecho, es que hasta los profesionales médicos se contradicen entre ellos, porque unos te dicen que no le dejes llorar y otros que sí, que no les pasa nada. Al final, el que tiene al bebé en casa eres tú, así que si quieres prueba lo que te recomiendan, pero si ves que no funciona, a otra cosa mariposa, el único que sabe lo que realmente necesita es tu bebé. Y no, no necesitan manual de instrucciones. Si acaso un traductor, que los primeros días nos iría genial. Pero si te lo curras, si le miras, le escuchas e intentas descifrar lo que te quiere decir, enseguida logras entenderle.

2. Ponte en su lugar siempre que puedas

La empatía es un ejercicio muy útil que ayudaría mucho a hacer del mundo un lugar mejor. La mayoría de personas tiende a juzgar precozmente a los demás y con demasiada ligereza, probablemente para demostrarse a sí mismos que lo harían mejor, sin llegar a intentar ponerse en el lugar de otro. Hay que estar en los zapatos de los demás para saber por qué hacen lo que hacen, y en el caso de los bebés y los niños, vale la pena tratar de entender por qué lloran, se enfadan y piden lo que piden.

3. No sustituyas la falta de tiempo con regalos

Nos hemos acostumbrado a regalar cosas para hacer felices a los demás y demostrarles cuánto les queremos, pero los regalos pueden quedar vacíos de sentimiento si detrás no hay nada más. El "te quiero mucho y por eso te compro todo esto" no le sirve a los niños, porque ellos lo que necesitan es pasar tiempo con los padres: "te quiero mucho y por eso paso mucho tiempo contigo, y te compro algún detalle de vez en cuando porque me apetece regalarte algo".

Si sustituimos el amor por cosas materiales, se volverán materialistas y superficiales. Por eso, de este consejo se deriva el siguiente: pasa mucho tiempo con tu hijo.

4. Pasa mucho tiempo con tu hijo

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Porque el roce hace el cariño, en ambos sentidos, hay que aprovechar todo el tiempo posible para estar con ellos. Hablarles, explicarles cosas, historias, vivir aventuras, etc. Claro que habrá momentos en que ellos querrán jugar solos y estar por otras cosas, o que nosotros necesitemos también tiempo para hacer algo, pero hay que pasar tiempo con ellos y divertirnos y divertirlos, y contarles cuentos, y hacerles sentir uno más de la familia. Muchos de los grandes problemas de los niños que tienen mal comportamiento vienen como una llamada de atención porque no se sienten lo suficientemente valorados o queridos.

5. Permítele crecer

Es normal que un bebé no sepa hacer las cosas y que nosotros se lo hagamos todo, pero no es normal que sigamos haciéndolo cuando tiene, por ejemplo, 3 ó 4 años. Con esa edad son perfectamente capaces de vestirse, de desvestirse, de comer solos y de muchas otras cosas. Si alargamos el "se lo hago porque así voy más rápido" nos convertiremos en sus sirvientes y ellos en niños poco autónomos, así que déjales crecer, déjales intentarlo y déjales dar rienda suelta a sus ganas de aprender.

6. Ármate de paciencia y no le pegues ni castigues

Porque de los dos, el adulto eres tú. Y eso quiere decir que eres tú el que tiene más capacidad de razonar y de encontrar soluciones para transmitirle el mensaje que le quieres hacer llegar, y no es positivo hacérselo aprender a través del dolor ni la humillación. No es bueno, ni lógico, aprender cosas importantes de esa manera, sino desde una posición más positiva y práctica, a través del diálogo y a través del ejemplo.

Digamos que es siempre mejor que sean buenas personas porque sienten que deben ser así, que no que lo sean porque sienten que si dejan de serlo alguien les castigará.

7. Quiere y respeta a la pareja

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Parece una obviedad, pero un buen padre (o una buena madre) tiene que ser también una buena pareja, porque el niño tiene un padre y una madre y la relación con el niño será siempre mejor si la relación entre ellos es buena. Y si no lo es, porque la pareja se rompe, el respeto debe seguir estando presente, porque seguimos siendo sus referentes y sigue aprendiendo de nosotros y de cómo nos relacionamos con los demás. Imaginad lo que debe sentir un niño que ve que las dos personas que más quiere en el mundo se hacen daño entre sí.

8. Sé un buen ejemplo

Sé mejor persona. Sé un buen ejemplo. Ellos aprenden más por lo que ven que por lo que les dices, así que es muy importante ser aquella persona que quieres que tus hijos sean. Lo del "haz lo que digo, no lo que hago", es gracioso en ciertas situaciones, pero reprobable en otras y un auténtico peligro que puede llegar a socavar nuestra autoridad. Cualquier día podrá decirnos "¡sí, claro, quieres que haga esto pero luego tú no lo haces!", y no tendremos argumentos para responder.

9. Reconoce tus defectos en él

Lo bueno de que copien nuestras acciones es que si somos mejores personas, si somos buenos ejemplos, pueden llegar a serlo también. Lo malo, que también son capaces de copiar nuestros defectos, y puede ser curioso ver que hacen lo que hacemos y no deberíamos (o no nos gustaría). Si se comportan de cierto modo porque nosotros lo hacemos (si por ejemplo llevamos una época más nerviosos y gritamos más de la cuenta, es posible que ellos empiecen también a gritar más de la cuenta), vale la pena hacer un poco de introspección y pensar aquello de "madre mía, se está comportando como yo", y en vez de recriminárselo, tratar de cambiar nosotros.

10. Escúchale, mucho

La comunicación es el pilar de una buena relación entre padres e hijos, así que vale la pena que le dediques tiempo y le escuches. Y que lo hagas con atención, para que se sienta comprendido y escuchado, y se establezca una buena relación de comunicación. Si no le escuchas, si solo asientes mientras piensas en otras cosas, llegará un día en el que ni siquiera se molestará en contarte las cosas, y quizás se quedará sin decirte algo importante que le pueda estar pasando.

11. Da valor a sus decisiones y opiniones

No quiero decir con ello que hagas lo que te diga, pero cuando tenga una opinión o tome una decisión, escúchale y hazle saber que te parece importante que te lo explique. Si no puede hacerse lo que quiere, explícale el porqué de manera tranquila, ofreciendo tus argumentos. Así iniciaréis una relación llena de negociaciones en la que aprenderá a dialogar, negociar y a conseguir las cosas de uno o de otro modo, o a entender por qué no puede conseguirlas. Con todo, aprenderá a pensar y a encontrar soluciones a los posibles problemas que se vaya encontrando en la vida, algo que muchos adultos aún no han aprendido a hacer.

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Una estudiante graba la reacción de la gente al decirles que son guapos: tenemos que trabajar la autoestima de nuestros hijos

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Sheagolver

Una estudiante de 18 años llamada Shea Glover decidió hacer un experimento social que publicó en mayo de este año y que se está viralizando gracias a BoredPanda, cuya intención era saber cuál era la reacción de la gente al decirles que son guapos (en realidad les decía "beautiful", que podríamos traducir como bellos o hermosos).

Primero les preguntó si podía hacerles una foto y una vez empezaba a grabarles les explicó que lo que hacía en realidad era hacer fotos de las cosas que consideraba hermosas. El vídeo es fabuloso, porque podemos ver al instante la reacción de la gente al decirles que les consideraba guapos. Y no solo por eso, sino porque se pueden extraer muchas conclusiones más, entre ellas la que os digo en el título: desde ya, tenemos que empezar a trabajar la autoestima de nuestros hijos.

El experimento de Shea Glover

Ella explica que no era esa la idea, sino simplemente captar la belleza de la gente... sin embargo, el hecho de explicarlo en el momento de la filmación hace que lo curioso no sea eso, sino el gesto, la mueca, la sonrisa, la vergüenza, el sentirse bien o el sentirse desubicado o incluso engañado:

Por esto tenemos que trabajar la autoestima de nuestros hijos

Esta frase: "por esto tenemos que trabajar la autoestima de nuestros hijos" tiene muchas lecturas posibles. Una de ellas es la que se desprende de la sensación que tenemos todos al ver el vídeo de que muchos sienten que les está engañando, que no lo dice en serio. Quizás es porque vivimos en una sociedad que da demasiada importancia al aspecto físico y no nos damos cuenta de que una simple sonrisa, unos ojos alegres, una mirada amable puede ser suficiente para demostrar que alguien es bello, hermoso, "beautiful".

Pero no nos equivoquemos. No tenemos que decir a nuestros hijos que son los más guapos del mundo, ni que son los mejores. Mucha gente exagera las alabanzas hacia sus hijos, sobrevalora sus éxitos pensando que eso les hará tener más confianza en sus posibilidades y lo que están haciendo es crear una personalidad basada en una mentira que en el futuro podría girarse en su contra en forma de frustración. Frustración por ver que en realidad no es capaz de hacer todo lo que cree que puede hacer, por ver que otros logran lo mismo que él con el mismo o menor esfuerzo y por ver que pueden no ser infalibles.

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Lo que tenemos que hacer es trabajar su autoestima desde el cariño, desde el amor, desde el tiempo con ellos. En realidad no hay que hacer nada especial, sino simplemente tratarles con respeto e incluirles en nuestras vidas:

  • Que formen parte de nuestras vivencias: nada de dejarlos cada fin de semana con tíos, abuelas o amigos para salir por ahí o de viaje.
  • Pasar tiempo con ellos: que sepan que dedicamos parte de nuestro tiempo en jugar con ellos, leerles cuentos, explicarles historias, etc.
  • Escucharles: que sientan que su opinión es importante para nosotros.
  • Negociar con ellos: para llegar a acuerdos, para que aprendan a pensar.
  • Dejarles tomar decisiones: si todo lo elegimos por ellos, nunca tendrán la posibilidad de equivocarse por ellos mismos, y sin error, no hay oportunidad para aprender.
  • Permitir que sean autónomos: no haciéndoselo todo, sino dejando que "se espabilen", que prueben en base a lo que aprenden y que vayan creciendo.
  • Decirles que les queremos mucho: que sepan lo importantes que son para nosotros y cuánto les queremos y lo felices que somos por tenerles en nuestras vidas.
  • No poner el amor en jaque: nunca, nunca, hacerles creer que nuestro amor depende de lo que hagan o dejen de hacer... o sea, nada de "si no haces esto no te querré" y nada del "pues vete de casa si quieres, ahí está la puerta". Deben saber que hagan lo que hagan, siempre les vamos a querer (aunque deben saber que hay cosas que harán que no nos gustan).

En definitiva, debemos ayudarles a trabajar su autoestima mediante el amor, mediante el saberse acompañados, queridos y parte de una familia en la que son uno más, igual de importantes que el resto, y no menos. Solo así se enfrentarán al resto del mundo con confianza en sí mismos (o sí mismas) y capaces de mirar a una cámara y, ante la frase de "estoy haciendo fotos de las cosas que me parecen hermosas", sonreír y agradecer esas palabras, devolviendo un hermoso momento de alegría y sinceridad.

Foto | iStock
En Bebés y más | La autoestima también se hereda: si no te gustas, tu hija tampoco se gustará, ¿Estamos creando niños narcisistas?, Las alabanzas exageradas pueden ser contraproducentes en niños con baja autoestima

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